Un cargamento de armas dirigido al grupo terrorista Hezbolá en Líbano fue interceptado por las autoridades sirias, según informó este domingo la agencia oficial de noticias SANA. El envío, que incluía rifles de asalto, lanzacohetes RPG y municiones, fue descubierto en rutas de contrabando cerca de la ciudad fronteriza de Sarghaya, en la frontera entre Siria y Líbano.
Este incidente se suma a otro ocurrido a principios de mes, cuando las autoridades sirias incautaron un cargamento de rifles, drones fabricados en Irán y otras armas que también se dirigían al Líbano. En esa ocasión, no se mencionó explícitamente a Hezbolá como destinatario.
La intercepción de estos envíos podría indicar un cambio en la política de Siria, que durante años permitió el tránsito de armas hacia Hezbolá bajo el régimen de Bashar al-Assad. Aunque no está claro si estas acciones representan una transformación amplia, existe cierta esperanza de que el nuevo gobierno sirio, no alineado con los intereses regionales de Irán, ponga fin a estas transferencias.
Israel ha expresado repetidamente su preocupación por el flujo de armas hacia Hezbolá. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han llevado a cabo ataques en pasos fronterizos entre Siria y Líbano para impedir que las armas lleguen al grupo terrorista.
Tras la caída del régimen de Assad el 8 de diciembre, Ahmad al-Sharaa, líder de facto del país, aseguró que el nuevo gobierno no amenazaría a Israel ni permitiría que Irán recuperara influencia en Siria. Sharaa afirmó que Israel tenía derecho a actuar contra fuerzas respaldadas por Irán durante el régimen anterior, pero subrayó que, tras el cambio de gobierno, ya no existe justificación para operaciones israelíes en territorio sirio.
Inmediatamente después de la caída de Assad, las fuerzas israelíes se desplegaron en una zona de amortiguación a lo largo de la frontera, medida que describieron como temporal hasta verificar las intenciones del nuevo régimen.
Sharaa ha reiterado que Siria, agotada por años de guerra civil, busca centrarse en la reconstrucción y la estabilidad, evitando conflictos que podrían generar mayor destrucción. A finales de diciembre, anunció la disolución de facciones armadas y afirmó que el nuevo liderazgo no permitirá armas fuera del control estatal.
Por su parte, Israel ha manifestado su disposición a establecer “vínculos correctos” con el nuevo gobierno sirio, como declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu a principios de diciembre. Sin embargo, advirtió que cualquier intento de permitir el restablecimiento de Irán en Siria, la transferencia de armas a Hezbolá o ataques contra Israel será respondido con firmeza y un alto costo.
Israel y Siria no mantienen relaciones diplomáticas y están formalmente en estado de guerra desde 1948. Aunque la caída del régimen de Assad, que gobernó durante más de cinco décadas, podría abrir una oportunidad histórica para el reconocimiento mutuo, Israel teme que el nuevo liderazgo en Siria pueda generar mayor caos y facilitar el resurgimiento del terrorismo en la región.