Los sirios conmemorarán hoy el primer aniversario del derrocamiento de Bashar al-Assad y de su régimen de puño de hierro, mientras una nación fracturada intenta encontrar estabilidad y recuperarse tras años de guerra.
Se han programado celebraciones oficiales en la céntrica plaza Omeya de Damasco, ya colmada de manifestaciones jubilosas, y en otras partes del país.
Assad huyó de Siria a Rusia hace un año, cuando los rebeldes comandados por el nuevo presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, tomaron Damasco y lo derrocaron más de trece años después del inicio de una guerra surgida de un levantamiento contra su gobierno.
Las celebraciones han avanzado en algunas zonas de Siria desde hace varios días: el viernes, miles de personas llenaron las calles de Hama, portaron la nueva bandera de Siria y conmemoraron el día en que los insurgentes liderados por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham, encabezado por Sharaa, capturaron la ciudad durante su rápida marcha hacia Damasco.
