Siria, ya destrozada por nueve años de guerra, ha prohibido la entrada a los extranjeros procedentes de muchos países afectados por el coronavirus como parte de las medidas de ampliación para combatir la epidemia.
Aunque el gobierno dice que aún no ha documentado ninguna infección, Siria se considera de alto riesgo.
“Tenemos poblaciones vulnerables en campamentos, refugiados, barrios marginales en las afueras de los grandes centros urbanos”, dijo a Reuters el representante de la Organización Mundial de la Salud en Siria, Nima Saeed Abid.
“Si tomamos los escenarios de China o incluso de Irán, esperamos tener un gran número de casos y nos estamos preparando en consecuencia”.
Las infecciones por el Coronavirus también se han registrado en grandes partes de Siria fuera del control del gobierno – el este, el noreste y el noroeste.
El noroeste controlado por los rebeldes ya se enfrentaba a una importante crisis humanitaria con casi un millón de personas desplazadas por los combates en los últimos meses, mientras el gobierno apoyado por Rusia montaba una ofensiva.
La jefa de asuntos políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, dijo el viernes que había escuchado de fuentes en el terreno acerca del impacto potencialmente devastador del coronavirus en Siria.
“Si alguien – increíblemente – todavía necesitaba una razón para detener la lucha allí, esta es”, publicó DiCarlo en Twitter.
La prohibición de entrada anunciada durante la noche por Damasco siguió al cierre de escuelas, parques, restaurantes y varias instituciones públicas. Se está lanzando una línea telefónica de salud, dijo el Ministro de Salud Nizar Yazigi.
También respondió a las sugerencias de encubrimiento.
“El Ministerio de Salud es la única fuente de información sobre este asunto y no los rumores que circulan en los medios de comunicación social”, la agencia de noticias del Estado lo citó diciendo el jueves. “Cuando haya una infección, se anunciará”.
Aun así, las autoridades alineadas con los kurdos que gobiernan gran parte del noreste y este de Siria no están convencidas.
“Tomamos la decisión de cerrar todos los cruces con el régimen”, dijo Ghassan al-Yousef, jefe de un consejo que administra las áreas de la provincia de Deir al-Zor al este del río Éufrates.
Citó el temor de que el virus cruce desde el territorio gubernamental al oeste del río Éufrates, en particular las zonas controladas por las milicias chiítas pro-damasco que cuentan con el apoyo de Irán y que reclutan en los países donde el virus se ha propagado.
La administración dirigida por los kurdos ha prohibido el movimiento entre las ciudades de su región a partir del sábado y el toque de queda comenzará el lunes.
En el noroeste, que está en manos de la oposición, los trabajadores de rescate cuya función habitual es responder a los bombardeos del gobierno han estado desinfectando las aulas. Los médicos del noroeste temen que el virus se extienda muy rápidamente en los abarrotados campos de desplazados.