El personal de la defensa aérea siria ya está tomando un papel activo en el entrenamiento de las baterías S-300 que se desplegaron desde Rusia en septiembre pasado. Según un informe de Maariv, han alcanzado etapas avanzadas de capacitación en los últimos meses.
Como parte del entrenamiento, los oficiales y soldados sirios están sentados «hombro con hombro» con los expertos rusos. Rusia envió las baterías S-300 a Siria tras el derribo de un avión militar ruso por parte de la defensa aérea siria en septiembre. La defensa aérea siria derribó por error el avión ruso durante un ataque aéreo israelí cerca de Latakia. Siria se había quejado durante mucho tiempo y había acusado a Israel de ataques aéreos en Siria.
Cuando se desplegó inicialmente el S-300, los rusos notaron que entrenarían a los sirios para usar el sistema. Rusia tiene sus propios sistemas de defensa aérea en Siria para proteger su base en Latakia de Siria.
Israel y Rusia han mantenido frecuentes discusiones. A fines de febrero, el primer ministro Benjamin Netanyahu se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin y habló sobre Siria y la presencia de fuerzas «extranjeras» en Siria, una referencia a Irán. Israel ha dicho que las fuerzas iraníes deben abandonar Siria y amenazaron con continuar las acciones contra ellos y contra la transferencia de armas de Irán a Hezbolá. En enero, Netanyahu dijo que Israel golpeó un depósito de armas en Siria. El 21 de marzo, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijera que Washington reconocería al Golán como parte de Israel, Netanyahu hizo referencia a la amenaza de Irán de “usar a Siria como plataforma para destruir a Israel”.
Para Siria, los ataques aéreos en su territorio han sido vergonzosos. Están cada vez más en el centro de atención después de que Siria pudo reconquistar las áreas cercanas a la frontera del Golán en el verano de 2018 y cuando el conflicto sirio se ha ido reduciendo. Rusia, Turquía e Irán han mantenido frecuentes discusiones con el objetivo de reducir el conflicto y esto ha resultado en acuerdos que han detenido en gran medida la lucha. Eso significa que los ataques aéreos en Damasco ya no ocurren bajo la niebla de la guerra y requieren que Siria afirme que está respondiendo.
Sin embargo, desde que se implementó el S-300, han pasado casi seis meses. Se suponía que no solo sería operativo a estas alturas, sino también que los sirios estuvieran preparados para usarlo. Según las imágenes de satélite publicadas en febrero por ImageSat International, el sistema era claramente visible.
El informe de Maariv dice que los equipos sirios se encuentran en varias etapas de entrenamiento y que “la cuestión de operar independiente del sistema de defensa aérea es un asunto que debe decidir Rusia y no está relacionado con la capacidad operativa de los sirios capacitados para mantener el sistema”. El artículo plantea varios puntos importantes. Señala que la transferencia a los sirios puede depender de las discusiones entre Netanyahu y Putin y el requisito de que no surjan más crisis en las relaciones entre Israel y Rusia. Además, la presencia de personal ruso junto a las baterías S-300 significa que no se utilizarán, porque solo cuando los rusos se vayan y las baterías amenacen a Israel, se pondría en riesgo la “seguridad de la batería”.
Por lo tanto, el prestigio y el orgullo de Rusia también son un factor importante, así como los intereses económicos del deseo ruso de vender el sistema. “La destrucción de un sistema de este tipo puede ser un golpe doloroso para los rusos, incluso si no son los operadores”. Esto es un poco como un catch-22. Si Rusia transfiere completamente el sistema para permitir que los sirios se protejan a sí mismos, el sistema puede ser destruido, dando como resultado la incapacidad de los sirios para defenderse. Si Rusia no transfiere el sistema, los sirios no podrán defenderse.