Decenas de trabajadores médicos del noroeste de Siria, en manos de los rebeldes, protestan por la decisión de conceder al gobierno del presidente Bashar Assad un puesto en el consejo ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud. Dicen que Assad es responsable de bombardear hospitales y clínicas en todo el país devastado por la guerra.
La decisión de otorgar un puesto a Siria se produce una década después de la devastadora guerra civil que ha dejado un número incalculable de civiles, incluidos muchos trabajadores sanitarios, muertos y heridos.
La selección de Siria en una sesión poco notoria del sábado de la asamblea anual de la OMS -que reúne a todos los Estados miembros de la agencia sanitaria de la ONU- ha provocado la indignación en la provincia de Idlib, controlada por la oposición.
Rifaat Farhat, un alto funcionario de salud en Idlib, dice que la medida “contradice todas las leyes internacionales y humanitarias”.
Siria fue uno de los 12 Estados miembros de la OMS que fueron elegidos para designar a los nuevos miembros del consejo de 34 miembros en una votación de la asamblea que no enfrentó ningún debate ni oposición.
Siria ocupará el puesto en la próxima reunión del consejo ejecutivo, que comienza el miércoles.
La revelación fue destacada por el grupo de defensa UN Watch, que vigila las hipocresías percibidas y otras deficiencias del organismo mundial y sus organizaciones afiliadas como la OMS.
El consejo de administración de la OMS es en gran medida un grupo técnico cuya función es llevar a cabo las decisiones de la asamblea y asesorarla, que está formada por todos los Estados miembros de la OMS y se reúne desde el 24 de mayo.
La guerra de Siria ha dejado medio millón de muertos y ha expulsado a millones de personas del país desde que estalló el conflicto en 2011. Los investigadores que trabajan para el principal organismo de derechos humanos de la ONU y los grupos de defensa internacionales han denunciado que el gobierno de Assad y sus aliados -como Rusia e Irán- han sido responsables de la destrucción de instalaciones sanitarias en el marco de los años de lucha. También se acusa al régimen de utilizar armas químicas contra la población civil, incluidos los niños.
Cientos de instalaciones médicas han sido bombardeadas, sobre todo en ataques aéreos del gobierno; la mitad de los hospitales y centros de salud funcionan solo parcialmente o no funcionan en absoluto, mientras que el 70% del personal médico ha huido del país.
Un llamamiento de emergencia de la OMS para Siria emitido en marzo decía que al menos 12,4 millones de personas necesitaban asistencia en Siria, y que la “infraestructura de servicios sanitarios esenciales, como los hospitales y centros de salud, están en un estado de deterioro”.
A finales de diciembre, según el informe, solo la mitad de los hospitales públicos evaluados del país estaban en pleno funcionamiento. Hasta la mitad del personal sanitario de Siria ha abandonado el país.