Siria confirmó el domingo su primer caso de coronavirus, en una persona que había venido del extranjero.
El Ministro de Salud Nizar al-Yaziji dijo a los medios de comunicación estatales que se habían tomado “medidas necesarias” en relación con la mujer de 20 años de edad, quien dijo que estaría en cuarentena durante 14 días y que se le harían exámenes médicos.
En las últimas semanas ha habido informes no confirmados de casos de coronavirus en Siria, cuyo sistema de salud, vivienda e infraestructura han sido devastados por nueve años de guerra civil, pero las autoridades han negado cualquier brote.
Damasco anunció el domingo la prohibición del transporte público al tiempo que intensificaba el bloqueo introducido en los últimos días, que incluía el cierre de escuelas, parques, restaurantes y diversas instituciones públicas, así como la suspensión del reclutamiento del ejército.
Los médicos afirman que el país también es vulnerable, ya que miles de milicias apoyadas por Irán luchan junto con las fuerzas del presidente Bashar al Assad, que mantienen una fuerte presencia en las principales ciudades y tienen su sede en el suburbio chiíta de Damasco, Sayeda Zainab.
Las milicias apoyadas por Irán siguen cruzando a Siria desde el cruce fronterizo de AlBukamal con Irak.
Irán, uno de los países más afectados por la pandemia fuera de China, es el principal aliado regional de Siria.
La compañía aérea iraní Mahan Air sigue teniendo vuelos regulares de Teherán a Damasco, según los diplomáticos occidentales que siguen la pista a Siria, aunque otros vuelos sirios han sido suspendidos.
Los médicos de la zona noroeste, en manos de la oposición, también temen que el virus se propague rápidamente en los abarrotados campamentos de decenas de miles de sirios desplazados.