Dos trabajadores humanitarios sirios de Oxfam Internacional murieron en un ataque en el sur de Siria en la gobernación de Daraa el miércoles, dijo el grupo de ayuda internacional en un comunicado.
Wissam Hazim, un oficial de seguridad del personal, y Adel al-Halabi, un conductor de la organización benéfica, fueron asesinados por un grupo armado no identificado que atacó su vehículo entre las ciudades de Nawa y al-Yadudah.
Tanto Hazim como Halabi habían estado trabajando para Oxfam desde 2017, dijo la organización.
El director de Oxfam Siria, Moutaz Adham, condenó el ataque y pidió mejores medidas de seguridad para los cooperantes.
“Estamos devastados por la pérdida de dos valiosos colegas que fueron asesinados mientras trabajaban en la entrega de ayuda a los civiles atrapados en el conflicto de Siria”, dijo Adham.
“Nuestro amor y nuestros pensamientos están con sus familias. Condenamos el ataque en los términos más enérgicos posibles. Es esencial que los trabajadores de ayuda humanitaria puedan obtener asistencia vital para los civiles sin ser atacados ellos mismos”.
Desde el comienzo de la guerra civil siria, al menos 1.000 trabajadores de ayuda humanitaria han sido asesinados, según las cifras recopiladas por la Red Siria de Derechos Humanos.
En 2018, Siria encabezó la lista de uno de los lugares más mortíferos para los trabajadores de ayuda, según el análisis de CARE International.
Alrededor de 350.000 sirios, en su mayoría mujeres y niños, han sido desplazados por una renovada ofensiva respaldada por Rusia en la provincia de Idlib, controlada por la oposición, desde principios de diciembre, y han buscado refugio en las zonas fronterizas cerca de Turquía, dijeron las Naciones Unidas el jueves.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) dijo en su último informe de situación que la situación humanitaria siguió deteriorándose como resultado de la “escalada” de las hostilidades.
Los aviones rusos y la artillería siria han bombardeado pueblos y aldeas en las últimas semanas en un renovado asalto respaldado por las milicias pro-iraníes que tenían como objetivo despejar la oposición.
“Esta última ola de desplazamientos agrava una situación humanitaria ya de por sí nefasta en Idlib”, dijo a Reuters David Swanson, portavoz regional de la ONU para Siria, con sede en Ammán.