WASHINGTON – El Departamento de Estado de EE.UU Publicó el viernes su informe anual sobre las violaciones de derechos humanos en todo el mundo, y al menos hubo una diferencia perceptible con respecto a informes anteriores: ya no se refiere a Cisjordania (Judea y Samaria) como “ocupada”.
Mientras que las versiones anteriores de los Informes del País sobre Prácticas de Derechos Humanos tenían una sección sobre “Israel y los Territorios Ocupados”, el documento de este año se refiere en cambio a “Israel, Altos del Golán, Cisjordania y Gaza”.
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En diciembre pasado, se informó que el embajador de los EE.UU en Israel, David Friedman, le pidió al Departamento de Estado que dejara de llamar ocupado a Cisjordania, lo que marcaría un cambio notable en la política estadounidense.
No se había materializado ningún indicio de ningún cambio en ese sentido, hasta ahora.
En el pasado, Friedman había hecho comentarios que fueron rechazados por Washington porque no reflejaban la política oficial. En septiembre pasado, por ejemplo, dijo al sitio de noticias de Israel Walla que pensaba que “los asentamientos son parte de Israel”. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo posteriormente a los periodistas que sus comentarios no marcaban un cambio en la posición de Estados Unidos.
El informe divulgado el viernes también señaló que el estatus final de Jerusalén, que el presidente estadounidense Donald Trump reconoció formalmente como la capital de Israel al hacer planes para reubicar la embajada de EE.UU allí, todavía es una cuestión de conversaciones entre ambas partes.
“El 6 de diciembre de 2017, los Estados Unidos reconocieron a Jerusalén como la capital de Israel”, dijo el informe. “Es la posición de los Estados Unidos que los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén están sujetos a negociaciones de estatus final entre las partes”.
El informe dijo que “los asuntos más importantes de derechos humanos incluyeron ataques terroristas contra civiles y homicidios motivados por motivos políticos y religiosos por parte de grupos y personas no estatales; detención administrativa de palestinos, a menudo extraterritorialmente en Israel; y los requisitos legales y la retórica oficial que afectaron adversamente el entorno operativo de las organizaciones no gubernamentales (ONG) de derechos humanos”.
Agregó que el gobierno israelí “tomó medidas para enjuiciar y castigar a los funcionarios que cometieron abusos dentro de Israel, independientemente de su rango o antigüedad”.
El informe también incluyó una extensa sección sobre las actividades de Hamás en Gaza, que según dijo conllevaba “ataques con cohetes y morteros contra objetivos civiles en Israel, y lo hicieron en lugares civiles o cerca de Gaza”. Dentro del enclave costero, Hamás lleva a cabo acciones violentas, asesinatos, prácticas de tortura y detenciones arbitrarias de menores y personas LGBTQ. También hay un amplio trabajo infantil forzado, según el informe.