La agencia alemana de ciberseguridad BSI instó el martes a los consumidores a no utilizar el software antivirus de la empresa rusa Kaspersky, advirtiendo de que ésta podría estar implicada en ataques de piratería informática en el marco de la guerra de Rusia en Ucrania.
Las actividades militares y de inteligencia de Rusia en Ucrania, y sus amenazas a los aliados de la UE y la OTAN, en particular Alemania, significan que hay “un riesgo considerable de un ataque informático exitoso”, dijo la Autoridad Federal de Ciberseguridad (BSI) en un comunicado.
“Un fabricante ruso de tecnologías de la información puede llevar a cabo por sí mismo operaciones ofensivas, puede verse obligado a atacar sistemas objetivo en contra de su voluntad, o ser él mismo espiado como víctima de una operación cibernética sin su conocimiento, o ser utilizado indebidamente como herramienta para ataques contra sus propios clientes”, advirtió la agencia.
Las empresas y los operadores de infraestructuras críticas son especialmente vulnerables, pero los particulares también pueden verse afectados, según la BSI, que invita a quien tenga dudas a ponerse en contacto con ella para pedir consejo.
Estados Unidos prohibió a las agencias gubernamentales el uso del software de Kaspersky ya en 2017.
Kaspersky siempre ha rechazado las acusaciones de que trabaja con el Kremlin. Pero su negocio se vio muy afectado por la prohibición estadounidense, que entró en vigor en un momento en que el software de la compañía estaba instalado en cientos de millones de ordenadores en todo el mundo.

Los especialistas militares y cibernéticos temen que la invasión rusa de Ucrania pueda provocar un brote de ciberataques, un “Armagedón cibernético” que tendría importantes consecuencias para la población civil de ambos países y también a nivel mundial, por un efecto de contagio.
Pero hasta ahora se ha evitado el peor escenario posible, ya que los ataques observados parecen estar contenidos en su impacto y alcance geográfico.
En los últimos años, Alemania ha acusado repetidamente a Rusia de intentos de ciberespionaje. El incidente más destacado atribuido a los hackers rusos hasta la fecha fue un ciberataque en 2015 que paralizó la red informática de la cámara baja del parlamento, el Bundestag, obligando a toda la institución a desconectarse durante días mientras se arreglaba.