Un equipo dirigido por la Universidad de Haifa ha registrado el viaje más largo de un cachalote en el Mediterráneo, cubriendo 2.800 km.
Investigación revela sorprendente desplazamiento de un cachalote macho en el Mediterráneo
Un estudio internacional liderado por el Dr. Aviad Scheinin, de la Universidad de Haifa, ha registrado el viaje más extenso jamás documentado de un cachalote. Según los hallazgos publicados en la revista *Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems*, un joven cachalote macho recorrió una distancia de 2.800 kilómetros en el mar Mediterráneo, uniendo el mar de Liguria con la región oriental de la cuenca del Levante.
La investigación utilizó técnicas de identificación fotográfica y comparó imágenes con catálogos de diferentes áreas del Mediterráneo. El Dr. Scheinin y su equipo, incluyendo a Kirsten F. Thompson de la Universidad de Exeter y Jonathan Gordon de la Universidad de St. Andrews, implementaron un monitoreo acústico pasivo y estudios visuales no sistemáticos para obtener datos sobre la presencia de cetáceos en la zona económica exclusiva de Israel.
Los estudios se llevaron a cabo en abril y mayo de 2022 desde un velero de 22,5 metros, proporcionado por Greenpeace. A través de este esfuerzo, se detectaron acústicamente ocho cachalotes, pero fue uno en particular el que llamó la atención de los investigadores. La comparación con catálogos de fotoidentificación demostró que este ejemplar había sido avistado 12 veces, estableciendo así un nuevo récord de desplazamiento para un cachalote en el Mediterráneo.
Monitoreo acústico clave para prevenir colisiones y preservar la biodiversidad marina
Los investigadores explican que los largos desplazamientos de los cachalotes pueden estar motivados por la búsqueda de nuevas fuentes de alimento en hábitats diferentes. En este sentido, el monitoreo acústico pasivo de tiempo real se presenta como una herramienta crucial no solo para estudiar estos movimientos, sino también para prevenir colisiones fatales con embarcaciones. Este enfoque podría ser esencial para proteger a estos cetáceos en zonas de alto riesgo y reducir las tasas de mortalidad.
El Dr. Scheinin destacó la importancia de cerrar la brecha de conocimiento existente sobre la vida marina en las aguas profundas del Mediterráneo. Señaló que el hecho de que los cachalotes recorran grandes distancias en busca de alimento sugiere la existencia de ecosistemas marinos ricos y diversos. Estos cetáceos, siendo depredadores máximos, actúan como bioindicadores cruciales de la salud de su entorno.
El estudio subraya que el mar Mediterráneo, uno de los más afectados del mundo, enfrenta serios desafíos debido a la contaminación acústica, la gestión inadecuada de la pesca y el cambio climático. Estos factores convierten al Mediterráneo en un sistema de alerta temprana, reflejando las futuras condiciones de los océanos a nivel global.
Nuevas investigaciones en el Mediterráneo podrían mejorar la conservación de cachalotes
A pesar de los esfuerzos por estudiar a los cachalotes en el Mediterráneo, su distribución y amenazas siguen siendo en gran medida desconocidas en varias regiones. El descubrimiento de este equipo de investigación ha motivado al Ministerio de Energía de Israel a solicitar al Dr. Scheinin la realización de estudios adicionales sobre mamíferos marinos en alta mar.
El Dr. Scheinin manifestó su entusiasmo por la posibilidad de iniciar un programa de investigación a largo plazo en la zona económica exclusiva de Israel. Esta iniciativa podría ofrecer una visión más profunda sobre la ecología de los mamíferos marinos en el Mediterráneo y abrir nuevas oportunidades para la conservación de la biodiversidad en la región.
“Este es un sueño que he tenido durante dos décadas, y finalmente tenemos la oportunidad de avanzar en nuestro entendimiento de estos fascinantes animales”, concluyó el Dr. Scheinin.
Colaboración internacional impulsa la investigación marina en el Mediterráneo
El proyecto de investigación sobre los cachalotes en el Mediterráneo es un esfuerzo conjunto de instituciones de renombre, que incluye a la Universidad de Haifa, la Universidad de Exeter y la Universidad de St. Andrews, con el apoyo de Greenpeace. Esta colaboración destaca la importancia de los esfuerzos internacionales para abordar los desafíos globales en la conservación marina y la protección de especies vulnerables como los cachalotes.