Yehuda Hermann, un graduado de 28 años de la escuela de Diseño Industrial de la Academia Bezalel en Israel, cree haber encontrado una manera de resolver la crisis humanitaria creada por los mosquitos portadores de enfermedades.
Cada año, unas 750.000 personas mueren de enfermedades transmitidas por mosquitos en todo el mundo. En el pasado, los desinfectantes químicos se usaban para matar estas plagas en masa, pero los productos químicos causan daños al agua, a los animales e incluso a los seres humanos en las áreas circundantes, señaló Hermann.
Entonces, decidió probar algo nuevo. Desarrolló un pesticida biológico, llamado Biosive, que infecta a los mosquitos sin afectar el ecosistema circundante.
Los mosquitos hembras son atraídos por el dióxido de carbono, porque señala la presencia de una entidad viviente que contiene proteínas. Hermann construyó un contenedor que emite dióxido de carbono para atraer a los mosquitos. Dentro del contenedor, insertó un material que contiene la bacteria Bacillus, que es un pesticida para las larvas de mosquito. Cuando el mosquito sale volando del contenedor, se convierte en un portador del pesticida.
Debido a que el mosquito está infectado con la bacteria, las larvas mueren unas horas después de haber nacido.
Lo especial de la tecnología de Hermann es que toda el área dentro de un radio de 250 metros desde donde el mosquito pone sus huevos se convierte en un lecho de muerte para todas las futuras larvas, porque el pesticida se disuelve en el agua en la que mosquito puso sus huevos. Si otros mosquitos ponen huevos en esas aguas, sus larvas también morirán en unas pocas horas.
El proyecto de Hermann fue uno de los muchos exhibidos por estudiantes del departamento de Diseño Industrial de la Academia Bezalel de Artes y Diseño en Jerusalén, en la culminación de un programa de cuatro años dedicado a enseñar a los estudiantes a desarrollar soluciones reales y prácticas para los problemas contemporáneos.