Los científicos han logrado descubrir una manera de escuchar a escondidas a las ballenas en el Ártico, según ha revelado un nuevo estudio.
Para ello se utiliza el cable de fibra óptica de telecomunicaciones submarino, ya presente en todo el mundo, con el fin de escuchar mejor los sonidos de estos enormes y misteriosos mamíferos marinos.
Los resultados de este estudio se han publicado en la revista académica Frontiers in Marine Science.
Ballenas bajo las olas
Los cetáceos son algunos de los animales más fascinantes del planeta, ya sea por su inmenso tamaño, su amplia área de distribución, su valor cultural, su inteligencia y sus posibles capacidades vocales. Sin embargo, también son algunos de los animales más difíciles de estudiar.
Al ser los seres vivos más grandes del planeta a lo largo de su historia -al menos por su peso-, además de encontrarse bajo el agua, es increíblemente difícil mantenerlos en cautividad. De hecho, en el caso de las ballenas más grandes, es directamente imposible.
Y teniendo en cuenta el importante papel que desempeñan las ballenas en el ecosistema, su estudio es importante.
Aunque es posible, es increíblemente difícil, y lo es aún más a la luz de la enorme disminución del número de ballenas en todo el mundo. Esto es especialmente cierto en el caso de las ballenas barbadas, grandes ballenas que utilizan cepillos queratinosos con flecos que cuelgan de su mandíbula superior en lugar de dientes para filtrar y consumir su alimento del agua del mar.
La caza industrial de ballenas, la contaminación y otras incursiones humanas en los hábitats oceánicos, así como el cambio climático, han perjudicado enormemente a las poblaciones de ballenas y han obligado a alterar aún más sus rutas y horarios de migración.
Debido a estas limitaciones, lo mejor que podían hacer los investigadores cuando intentaban estudiar los hábitos alimentarios de las ballenas era estudiarlas muertas. Pero este estudio ha encontrado una forma de evitarlo.
El estudio
En la actualidad, se han tendido alrededor de 1,2 millones de kilómetros de cables de telecomunicaciones de fibra óptica por todos los océanos de la Tierra. Y es a través de ellos que los investigadores han podido escuchar.
Esto se logró mediante el uso de la Detección Acústica Distribuida (DAS), que aprovecha la fibra óptica y utiliza las fibras sobrantes como hidrófonos. Hay muchas de estas fibras de repuesto por ahí, ya que tenerlas es una práctica habitual como medida de ahorro.
Con esta técnica, los investigadores empezaron a estudiar las ballenas barbadas de Isfjorden, el segundo fiordo más largo del archipiélago noruego de Svalbard.
Los avistamientos en esa zona han demostrado que las ballenas barbadas, como las azules y las jorobadas, frecuentan constantemente esa zona cada verano.
Este experimento fue un éxito, ya que se consiguió escuchar los cantos de las ballenas en la zona. No sólo eso, sino que podría ser capaz de rastrear la ubicación y el tiempo de las ballenas, controlando dónde se encuentran en todo el mundo. Yendo más allá, podrán seguir a las ballenas en tiempo real.
Esto es especialmente importante porque en lugar de tener que desplegar nuevos hidrófonos en el océano, los investigadores pueden utilizar un sistema global de cables preexistente.
“El despliegue de hidrófonos es extremadamente caro. Pero los cables de fibra óptica están por todo el mundo y son accesibles”, explica la autora principal, Léa Bouffaut, en un comunicado.
“Esto podría ser muy parecido a cómo la cobertura de imágenes por satélite de la Tierra ha permitido a los científicos de muchos campos diferentes hacer muchos tipos de estudios de la Tierra. Para mí, este sistema podría llegar a ser como los satélites en el océano”.
Sin embargo, hay problemas en el camino. El más notable, por supuesto, es el hecho de que los cables tienen propietarios, por lo que utilizarlos para DAS requeriría un permiso. Pero se trata de cuestiones en curso que los investigadores esperan resolver.
Y lo que es más importante, la metodología tiene una amplia gama de aplicaciones potenciales, ya que también puede utilizarse para escuchar tormentas, barcos y terremotos. Hay que seguir trabajando para aprovechar mejor estas nuevas posibilidades.