Investigadores del Instituto Weizmann crean interferón beta-1a, base de Rebif, que reduce brotes y mejora la calidad de vida en pacientes.
Avance israelí en el tratamiento de la esclerosis múltiple
Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia en Rehovot, Israel, desarrollaron el interferón beta-1a, un inmunomodulador que constituye la base de Rebif, un medicamento clave para tratar formas recurrentes de esclerosis múltiple. Este avance, liderado por científicos como Michel Revel en la década de 1980, permitió crear una proteína sintética similar al interferón beta humano, que regula la respuesta inmunitaria y reduce la inflamación en el sistema nervioso central. Rebif, comercializado por Merck, se administra por vía subcutánea y ha demostrado disminuir la frecuencia de recaídas en un 30% y retrasar la progresión de la discapacidad en pacientes con esclerosis múltiple remitente-recurrente, según estudios clínicos.
El desarrollo de Rebif comenzó con investigaciones en el Instituto Weizmann, donde se identificó el potencial del interferón beta para tratar enfermedades autoinmunes. Michel Revel y su equipo clonaron el gen del interferón beta-1a y desarrollaron métodos para producirlo a gran escala, un proceso que se saldó con la creación de una proteína recombinante. En 1998, la Agencia Europea de Medicamentos aprobó Rebif para su uso en Europa, seguido por la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos en 2002. Actualmente, el medicamento está registrado en más de 90 países y se utiliza ampliamente en el tratamiento de la esclerosis múltiple.
Los ensayos clínicos, como el estudio PRISMS, han confirmado la eficacia de Rebif. En este estudio, los pacientes tratados con Rebif 44 microgramos, administrado tres veces por semana, mostraron una reducción del 61% en la tasa de brotes y una disminución significativa en la actividad de lesiones cerebrales detectadas por resonancia magnética. Además, el tratamiento temprano con Rebif demostró ser crucial para minimizar el daño neuronal a largo plazo, según datos presentados en la Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología en 2004.
La formulación mejorada de Rebif, lanzada en 2007, redujo las reacciones en el lugar de la inyección de 85,8% a 30,8%, según un estudio de fase IIIb. Esta versión, libre de suero, también mejoró la inmunogenicidad, disminuyendo la formación de anticuerpos neutralizantes en un 36%. Merck introdujo el dispositivo RebiSmart en 2012, el primer autoinyector electrónico que registra la fecha y dosis de cada inyección, facilitando la adherencia al tratamiento.
Datos clave sobre Rebif y la esclerosis múltiple

- Interferón beta-1a: Proteína recombinante que imita el interferón beta humano, desarrollada por el Instituto Weizmann.
- Reducción de brotes: Ensayos clínicos reportan una disminución del 30% al 61% en recaídas de esclerosis múltiple.
- RebiSmart: Dispositivo de autoinyección lanzado en 2012, mejora la adherencia con cartuchos multidosis.
- Aprobaciones: Autorizado en Europa (1998), EE. UU. (2002) y más de 90 países.
- Efectos secundarios: Síndrome pseudogripal (59% de pacientes) y reacciones leves en el sitio de inyección.
Impacto global del Rebif en pacientes con esclerosis múltiple
Rebif se ha consolidado como un tratamiento estándar para la esclerosis múltiple remitente-recurrente, beneficiando a millones de pacientes en todo el mundo. En Israel, el medicamento ha sido un pilar en los protocolos de tratamiento desde su aprobación, respaldado por el sistema de salud nacional. Estudios como REFLEX, publicados en 2011, demostraron que Rebif retrasa la conversión a esclerosis múltiple clínicamente definida en pacientes con un primer episodio clínico, reducendo el riesgo en un 51% tras dos años de tratamiento.
El medicamento se administra en dosis de 22 o 44 microgramos, tres veces por semana, bajo supervisión médica. Aunque Rebif no cura la esclerosis múltiple, su capacidad para reducir la inflamación y la actividad de la enfermedad lo convierte en una opción de primera línea. En 2019, el Comité de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos emitió una opinión positiva para actualizar la ficha técnica de Rebif, permitiendo su uso en mujeres embarazadas con esclerosis múltiple si es clínicamente necesario, tras confirmar que no aumenta el riesgo de anomalías congénitas.
La investigación israelí detrás de Rebif ha posicionado al país como un líder en biotecnología médica. El Instituto Weizmann ha colaborado con empresas como Merck para llevar innovaciones al mercado, generando un impacto económico significativo. En 2022, las exportaciones de productos farmacéuticos de Israel alcanzaron los 8.300 millones de dólares, con medicamentos como Rebif contribuyendo a esta cifra.
Los efectos secundarios de Rebif incluyen síntomas pseudogripales, que afectan al 59% de los pacientes, y reacciones leves en el sitio de inyección, como inflamación o eritema. Las pruebas de laboratorio recomiendan monitorear las enzimas hepáticas y los recuentos celulares cada seis meses para detectar alteraciones. A pesar de estos desafíos, la tolerabilidad mejorada de la formulación sin suero ha incrementado la satisfacción de los pacientes.
Contexto y evolución del tratamiento de la esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple afecta a 2,3 millones de personas en todo el mundo, siendo más común en mujeres y en adultos jóvenes, con una edad promedio de diagnóstico de 29,2 años. En Israel, se estima que 5.000 personas viven con la enfermedad, y el acceso a tratamientos como Rebif ha mejorado su calidad de vida. Otros medicamentos, como Avonex y Betaferon, también utilizan interferón beta, pero Rebif destaca por su administración subcutánea frecuente y su eficacia en etapas tempranas.
El estudio ETOMS, presentado en 2000, mostró que Rebif 22 microgramos, administrado semanalmente, redujo la conversión a esclerosis múltiple clínicamente definida en pacientes con síntomas iniciales. Por su parte, el estudio SPECTRIMS evaluó su eficacia en la esclerosis múltiple secundariamente progresiva, encontrando beneficios significativos en pacientes con brotes activos. Estos datos refuerzan la importancia del tratamiento precoz.
La biotecnología israelí ha sido fundamental para avanzar en el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Además de Rebif, el Instituto Weizmann ha contribuido al desarrollo de otros fármacos, como Copaxone, otro tratamiento para la esclerosis múltiple. La colaboración entre instituciones académicas y la industria farmacéutica ha permitido a Israel mantenerse a la vanguardia en investigación médica.
En el ámbito global, Rebif compite con terapias más recientes, como anticuerpos monoclonales y medicamentos orales, pero sigue siendo una opción confiable debido a su perfil de seguridad establecido. En 2023, Merck reportó que las ventas de Rebif generaron 1.200 millones de euros, reflejando su relevancia en el mercado farmacéutico. Los avances en dispositivos de administración, como RebiSmart, han asegurado que el medicamento siga siendo accesible y fácil de usar para l