Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (TAU) han llevado a cabo un estudio exhaustivo sobre lo que provoca metástasis en pacientes con cáncer, anunció la universidad el miércoles.
Sus hallazgos, publicados en la revista científica Nature, afirman que el breve período de tiempo antes y después de la cirugía de extirpación del tumor es vital para la prevención de las metástasis, malignidades secundarias que crecen a distancia del cáncer original. La TAU señaló además que los tratamientos antiestáticos disponibles hoy en día normalmente ignoran el “período crítico alrededor de la cirugía”, que tiende a dejar al personal médico atascado frente a un proceso metastásico progresivo y resistente en los meses o años siguientes.
Para combatir esto de manera preventiva, los investigadores explican que los pacientes que se preparan o se recuperan de dicha cirugía deben hacer el esfuerzo de someterse a un tratamiento inmunoterapéutico junto con tratamientos centrados en la reducción de la inflamación para evitar las metástasis postoperatorias, así como terapias orientadas a reducir el estrés físico y psicológico.
Uno de esos tratamientos inmunoterapéuticos que los pacientes deben considerar es aquel en el que los médicos inyectan en el cuerpo sustancias que contienen receptores similares a los de los virus y las bacterias. El sistema inmunológico reconocería entonces la sustancia como una amenaza y se activaría, previniendo a su vez una enfermedad metastásica.
En lo que respecta al estrés físico y psicológico, que normalmente se produce durante la cirugía, se producen conjuntos de hormonas denominadas prostaglandina y catecolamina en mayor cantidad, lo que suprime la actividad de las células del sistema inmunológico y acelera inadvertidamente la metástasis.
Además, estas hormonas dan a las células tumorales residuales que todavía están presentes en el cuerpo después de la cirugía la capacidad de desarrollarse en metástasis que amenazan la vida, haciendo que estas células sean más agresivas y metastásicas en el proceso.
Este avance, sin embargo, contradice la suposición actual de la comunidad médica de que los pacientes de cáncer, al igual que con la quimioterapia y la radioterapia, no deben recibir tratamiento inmunoterapéutico en el mes anterior o posterior a la cirugía de extirpación del tumor.
“La cirugía para la extirpación del tumor primario es un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer, sin embargo, el riesgo de desarrollar metástasis después de la cirugía se estima en un 10% entre los pacientes con cáncer de mama, en un 20%-40% entre los pacientes con cáncer colorrectal y en un 80% entre los pacientes con cáncer de páncreas”, informó el Prof. Shamgar Ben-Eliyahu de la Escuela de Ciencias Psicológicas y la Escuela de Neurociencia Sagol de la Universidad de Tel Aviv.
“La intervención médica e inmunoterapéutica para reducir el estrés psicológico y fisiológico, y activar el sistema inmunológico en el período crítico anterior y posterior a la cirugía, puede prevenir el desarrollo de metástasis, que se descubrirán meses o años más tarde”, concluyó Ben-Eliyahu.