CABO CANAVERAL, Florida (AP) – No hay que pedir a los astrónomos que elijan entre el telescopio espacial Hubble y el nuevo niño del bloque cósmico, el telescopio espacial James Webb.
“Comparar el Hubble y el Webb es como preguntar si querrás a tu segundo hijo tanto como al primero”, dijo Susan Mullally, científica adjunta del proyecto Webb en el Space Telescope Science Institute de Baltimore.
“El Hubble siempre será querido por sus asombrosas imágenes de nuestro universo y seguirá recogiendo datos importantes para los astrónomos. El Webb nos ofrece ojos nuevos y únicos de lugares a los que nunca hemos podido llegar”.
El Hubble de la NASA y de la Agencia Espacial Europea está a punto de cumplir 32 años en órbita, por lo que el Webb, más grande y 100 veces más potente, se considera su sucesor, aunque ambos sean muy diferentes. Su despegue está previsto para el sábado por la mañana desde la costa de Sudamérica.
La información sobre el Hubble y el Webb:
Despegues
El Hubble se puso en órbita dentro del transbordador espacial Discovery de la NASA en 1990. Rápidamente tuvo problemas: una de las alas solares del telescopio se atascó mientras se desplegaba. Los astronautas se prepararon para una caminata espacial de emergencia, pero los comandos desde la Tierra liberaron el panel. En pocas semanas se detectó la visión borrosa del Hubble. Los astronautas que realizaron el paseo espacial lo arreglaron tres años después.
El Webb, que partirá de Sudamérica en un cohete europeo Ariane, no podrá ser alcanzado por los astronautas en su destino a 1 millón de millas (1,6 millones de kilómetros). Más grande e intrincado que el Hubble, el Webb será un desastre si su espejo desplegable y su parasol se rompen.
Que se haga la luz
Se espera que Webb contemple la luz de las primeras estrellas y galaxias del universo, más allá del alcance del Hubble. Esta luz revelará cómo eran las estrellas originales hace 13.700 millones de años. El Hubble ha mirado hasta 13.400 millones de años atrás, revelando una galaxia grumosa que es actualmente el objeto más antiguo y lejano jamás observado.
Los astrónomos están ansiosos por cerrar la brecha de 300 millones de años con el Webb y acercarse cada vez más en el tiempo al Big Bang, el momento en que se formó el universo hace 13.800 millones de años. “Es como mirar el libro de fotos de mis hijos y perder los dos primeros años, ¿verdad? Tratando de averiguar de dónde vienen”, dijo el jefe de ciencias de la NASA, Thomas Zurbuchen.
Visión infrarroja
El Hubble ve lo mismo que nosotros, la luz visible, con un poco de ultravioleta e infrarrojo. El Webb tiene visión infrarroja, lo que le permite atravesar las nubes cósmicas de polvo. Las longitudes de onda visibles y ultravioletas más cortas emitidas por las primeras estrellas y galaxias se han estirado a medida que el universo se expande, por lo que Webb las verá en su forma infrarroja alargada y emisora de calor. Por ello, los detectores de Webb deben funcionar a menos 400 grados Fahrenheit (menos 240 grados Celsius). Para mantenerse frío, Webb lleva un parasol del tamaño de una pista de tenis. Entre cada una de las cinco capas del parasol hay un hueco para que el calor pueda salir por los lados. Las múltiples capas también protegen mejor contra los impactos de micrometeoritos.
El tamaño importa
Para discernir las primeras y débiles estrellas del universo, Webb necesita el mayor espejo jamás lanzado para la astronomía. El espejo mide más de 6,5 metros, pero es más ligero que el del Hubble, que mide 2,4 metros. Esto se debe a que el espejo de Webb está hecho de berilio, un metal fuerte pero ligero. Además, está segmentado, lo que le permite plegarse como una mesa de hojas sueltas para su lanzamiento. Cada uno de los 18 segmentos hexagonales tiene el tamaño de una mesa de café y está recubierto de oro ultrafino, un reflector ideal de la luz infrarroja.
Ubicación, ubicación, ubicación
El Hubble gira a 330 millas (530 kilómetros) de altura. La altitud fue dictada por las capacidades de los transbordadores espaciales de la NASA, que llevaron el Hubble a la órbita y luego hicieron cinco llamadas de servicio. Webb se dirige a un lugar más lejano, a 1 millón de millas (1,6 millones de kilómetros), en lo que se denomina el segundo punto de Lagrange. En este punto se equilibran las fuerzas gravitatorias de la Tierra y el Sol, lo que requiere un mínimo de combustible para que la nave espacial se mantenga en su sitio. Webb estará constantemente orientado hacia el lado nocturno de la Tierra mientras la nave y el planeta giran alrededor del sol al unísono.
Dolores de crecimiento
El Hubble llegó con años de retraso y millones de euros por encima del presupuesto cuando se puso en órbita en 1990. El Webb también lleva años de retraso y enormes sobrecostes. La cuenta de la NASA para el Hubble desde su desarrollo en los años 70 hasta ahora: 16.000 millones de dólares, ajustados a la inflación. Eso no incluye todos los vuelos del transbordador para el lanzamiento y las reparaciones. El precio de Webb se estima en 10.000 millones de dólares, incluyendo los primeros cinco años de funcionamiento. La Agencia Espacial Europea se hace cargo de los costes de lanzamiento, con un cohete Ariane de fabricación francesa que se encargará de elevar el Webb desde la Guayana Francesa.
Los nombres de Hubble y Webb:
El astrónomo Edwin Hubble confirmó hace un siglo que existen innumerables galaxias más allá de nuestra Vía Láctea y que el universo está en constante expansión. James Webb dirigió la NASA de 1961 a 1968, presidiendo los proyectos Mercury y Gemini, y la primera fase del programa de alunizaje Apolo. En 2002, una década después de la muerte de Webb, la NASA eligió su nombre para el nuevo telescopio. Pero ahora algunos científicos y otras personas quieren un nuevo nombre, teniendo en cuenta el liderazgo de Webb en el Departamento de Estado y en la NASA durante la administración Truman, cuando los trabajadores del gobierno fueron despedidos por ser homosexuales. El historiador de la NASA realizó este año una búsqueda en los archivos de Webb, pero no encontró ninguna prueba que justifique un cambio de nombre, dijo el administrador Bill Nelson.