Con el fin de hacer avanzar la industria agrícola y las nuevas técnicas para ella, el Ministerio de Agricultura está comercializando un sistema de riego digital que dará a los viticultores (comerciantes de vino) datos precisos y herramientas eficaces para cultivar uvas de alta calidad.
Este sistema indica a los agricultores la cantidad de agua que deben utilizar basándose en la información meteorológica más precisa y ahorrará a los viticultores costes de agua innecesarios, al tiempo que evitará daños en los productos.
Una sencilla interfaz web permite a los productores de vino y a los viticultores aficionados utilizar los datos de las propias estaciones meteorológicas del Ministerio y está adaptada para recoger datos basados en las condiciones de cada zona. Esta precisión pretende evitar el derroche de agua.
El sistema envía alertas de WhatsApp a los viticultores y se conecta directamente a los sistemas de riego para pedir la cantidad precisa de agua. Los viticultores introducen datos como la ubicación, las variedades de uva, el nivel deseado de calidad del vino y el número de dunams.
Además, el cultivador facilitará la frecuencia de riego diaria, semanal e incluso quincenal. Todos estos datos se almacenarán en el sistema.
En función de los datos introducidos y de los datos de evaporación actualizados en el sistema diariamente, el sistema calculará para el cultivador la cantidad exacta necesaria para conseguir los mejores resultados.
El sistema también recopilará para el cultivador los datos de uso del agua para el riego, de modo que éste pueda saber en cada etapa cuánto regar según el plazo que haya establecido.
El ministro de Agricultura, Oded Forer, destacó: “La inversión en innovación, desarrollo e investigación es una inversión en nuestro futuro. Una agricultura precisa, rica en conocimientos y tecnología, es la solución definitiva a la crisis climática y al fomento de la seguridad alimentaria a nivel nacional. A través de ella podemos preservar e incluso mejorar las capacidades de la agricultura local, producir resistencia a los desafíos climáticos y establecer una agricultura israelí sostenible con un mínimo de daño ambiental”.