Cuando cualquier virus se transfiere de persona a persona, experimenta “errores de copia” cuando las hebras de su material genético se replican de forma inexacta de un virus a otro.
La mayoría de las veces, esto no supone ninguna diferencia significativa. Sin embargo, como los virus eficaces sobreviven y se replican más rápidamente, y los que no tienen éxito mueren, con el tiempo se desarrollan naturalmente cepas de virus más eficaces. Esto es esencialmente una experiencia de supervivencia del más fuerte para las cepas de virus. Además, ésta es una de las razones por las que las vacunas contra la gripe suelen actualizarse cada año.
Con respecto al coronavirus, los funcionarios de salud pública de Estados Unidos han animado a todos los estadounidenses a ponerse una de las vacunas disponibles, advirtiendo que un gran número de estadounidenses no vacunados se pondrían en peligro a sí mismos y a los estadounidenses vacunados, ya que el virus tendría espacio para mutar y crear una nueva cepa que la vacuna no podría prevenir. El objetivo de la “inmunidad de rebaño” era garantizar que un número suficiente de estadounidenses estuvieran vacunados -o fueran inmunes al virus- para que fuera muy difícil que el virus siguiera mutando a gran escala.
Parece posible, aunque ni mucho menos seguro, que los temores de los funcionarios se hayan cumplido parcialmente. La “variante Delta” del coronavirus es más preocupante que la cepa original por muchas razones. La razón más importante son las mutaciones en sus proteínas de espiga, que le permiten entrar en el ser humano con mayor facilidad y, por tanto, lo hacen más contagioso. Los investigadores han estimado que la variante Delta es aproximadamente un 50% más contagiosa que la variante Alfa (original).
La variante Delta se originó en la India, que sufrió una emergencia médica en abril de 2021 tras una serie de peregrinaciones descritas como eventos de “superdifusión”. En Estados Unidos, el virus se ha propagado más rápidamente en zonas con bajas tasas de vacunación. El Medio Oeste americano se ha visto muy afectado, incluyendo los estados de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska, así como estados del sur como Arkansas. Es en estos Estados donde la variante Delta ha sido descrita como responsable de cuatro de cada cinco nuevos casos.
Afortunadamente, las pruebas que se tienen hasta ahora parecen sugerir que las vacunas son eficaces contra la variante Delta. Este es un poderoso argumento a favor de la vacunación, que podría defender al país contra otra mutación mortal del virus.