La reciente colaboración entre ZeroAvia y Otto Aviation tiene mucho sentido. La primera es una experta en trenes de potencia de hidrógeno-eléctricos, mientras que la otra ha diseñado un flamante fuselaje que se parece a una bala o a un torpedo, y que cuenta con una impresionante autonomía y velocidad.
Al añadir el tren de potencia ZeroAvia, podrá ofrecer el mismo rendimiento con cero emisiones, lo que parece una combinación ganadora.
La principal innovación de este avión bala es un diseño basado en el flujo laminar (capas suaves de flujo de aire) para reducir la resistencia. Esto permite una autonomía transcontinental, una velocidad de más de 740 km/h y una mayor capacidad de pasajeros y carga.
Aunque el avión de Otto Aviation se diseñó pensando en el ahorro de combustible, equiparlo con un tren motriz de hidrógeno-eléctrico le permitirá funcionar con cero emisiones.
El uso de hidrógeno en lugar de combustible convencional le restará algo de capacidad en términos de autonomía, pero una autonomía de 1.000 millas náuticas (1.150 millas/1.852 km) sigue siendo impresionante para un avión de pasajeros que utiliza un sistema de propulsión alternativo.
El inusual diseño del avión ofrece suficiente espacio en el fuselaje para grandes volúmenes de hidrógeno, según ZeroAvia. A medida que aumente la disponibilidad de hidrógeno, también se espera que el Celera 500L sea más rentable en comparación con los modelos convencionales.
Mientras que ambos se centrarán en la integración de la cadena cinemática ZA600 en el avión bala de Otto, ZeroAvia se está preparando para las primeras pruebas de vuelo de dos aviones Dornier 228 reequipados con su cadena cinemática eléctrica de hidrógeno de 600 kW, que tendrán lugar en las próximas semanas.
El objetivo final del experto en sistemas de propulsión es tener un avión de hidrógeno de 40-80 plazas en funcionamiento en 2026.