Este es el sexto año consecutivo en el que Gulfstream suma el IY&AA en su haber. Para el G700, es una confirmación de sus características únicas. Al fin y al cabo, se presentó como “la cabina más espaciosa, innovadora y flexible del sector de la aviación de negocios”.
Por ejemplo, se dice que sus ventanas son las más grandes del sector. Hay 20 de ellas, que ofrecen vistas panorámicas y mucha luz natural. Los pasajeros pueden disfrutar de aire fresco en todo momento, en lugar de recirculado, como parte de la “Experiencia de Cabina Gulfstream”.
También disfrutan de unos niveles de ruido reducidos, y de lo que Gulfstream afirma audazmente que es la altitud de cabina más baja del segmento de la aviación de negocios. Es decir, 2.916 pies (889 metros) mientras se vuela a 41.000 pies (12.497 metros).
Otra característica que mejora el confort es el sistema de iluminación que está pensado para ayudar con el jet lag. Según el fabricante, este sistema puede simular el tipo de luz solar de la zona horaria próxima, para evitar o minimizar el jet lag. Además, no nos olvidemos de los cómodos asientos que ganaron el mismo prestigioso premio en 2020.
Para los que se preocupan por la decoración interior de un jet privado tanto como por su rendimiento, el interior del G700 de prueba de producción reveló un diseño con clase en tonos claros y neutros, con acentos en gris medio y marrón canela.
El mes pasado, este galardonado avión de negocios hizo su debut en Ginebra. No fue un vuelo normal, sino uno impulsado por SAF (combustible de aviación sostenible). Volando desde Savannah (Georgia) a Ginebra (Suiza), alcanzó su velocidad máxima de Mach 0,9 (691 mph/1.112 kph). El G700 puede configurarse para 13 u 8 pasajeros y tiene una autonomía de hasta 8.631 millas (13.890 km).