Un nuevo virus que ha infectado a decenas de individuos en China tras pasar, al parecer, de las musarañas a los humanos está siendo objeto de una intensa vigilancia por parte de los científicos.
Aunque el primer caso es de 2018, el henipavirus Langya (LayV) fue descubierto por primera vez la semana pasada en una carta publicada en el New England Journal of Medicine.
Según los científicos, la enfermedad ha sido contraída por al menos 35 personas en las provincias de Shandong y Henan, en el noreste de China.
Se determinó que el virus, descubierto en más del 25 % de las musarañas, es transmisible de persona a persona, aunque no hay pruebas de ello. Además, se descubrió en el 2 % de las cabras domésticas y en el 5 % de los perros.
Los 35 individuos infectados por el virus tenían fiebre, y la mayoría de ellos también experimentaron tos, náuseas, pérdida de apetito, agotamiento, dolores de cabeza y mialgias.
Según el profesor Wang Lin-Fa, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Duke de Singapur, que participó en el estudio, no hubo ningún caso mortal y los síntomas no pusieron en peligro la vida. Pero Wang advirtió que, incluso con un huésped humano, el virus puede comportarse de forma errática.
Los henipavirus son virus zoonóticos, es decir, de origen animal. Son virus de ARN de la familia de los Paramyxoviride, que también incluye los virus Nipah y Hendra, con tasas de letalidad excepcionalmente altas.
Los únicos henipavirus conocidos que se propagan de persona a persona son los virus Nipah. El sudeste asiático experimenta epidemias anuales, con tasas de mortalidad que varían entre el 40 % y el 100 % en algunos casos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias taiwanesas están vigilando de cerca el nuevo virus, y dicen que están trabajando en una técnica de secuenciación rápida del genoma.
En China, en 2019, se cree que el virus que causa el COVID-19 ha pasado de los animales a las personas.