Apenas dos semanas después del trágico descubrimiento de una familia de buitres leonados en peligro de extinción —compuesta por dos adultos y un polluelo— muertos por envenenamiento en el sur de Israel, la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel (INPA) ha informado de otro grave incidente. Este nuevo caso de envenenamiento ha provocado la muerte de ocho buitres leonados, además de dos alimoches, un milano y un cuervo, en la región al sur de Avdat, situada en el desierto del Negev.
Funcionarios de la INPA inspeccionan actualmente los nidos para intentar rescatar a los polluelos restantes. Este esfuerzo subraya la necesidad crucial de ambos progenitores para la supervivencia de cada polluelo: mientras uno permanece en el nido protegiendo, el otro debe buscar comida.
Ante esta crisis, el Ministerio de Protección del Medio Ambiente ha asignado un presupuesto de 15 millones de NIS (equivalentes a algo más de 4 millones de dólares) para reforzar las medidas de protección y evitar futuros envenenamientos de estas especies cruciales para el ecosistema.
Los buitres, conocidos como limpiadores naturales, se enfrentan a múltiples amenazas, la más importante de las cuales es la contaminación ilegal de carroña. Esta práctica implica el uso de medicamentos veterinarios y productos químicos, que se colocan deliberadamente en los cadáveres para eliminar lobos, chacales y perros asilvestrados en un intento de proteger el ganado.
El impacto de estos envenenamientos es alarmante, ya que actualmente solo quedan 180 buitres leonados en Israel.