Un proyecto piloto en una escuela beduina ofrece un modelo único de sustentabilidad sin depender de la infraestructura estatal en agua, electricidad o alcantarillado.
Modelo educativo sustentable en una aldea no reconocida
Una escuela en la aldea beduina no reconocida de Alfoura, en el sur de Israel, está implementando un innovador modelo de vida sustentable. Este proyecto, que no requiere conexión a la infraestructura estatal de electricidad, agua ni alcantarillado, utiliza exclusivamente energía solar y tecnologías avanzadas para su funcionamiento. Según Fareed Mahameed, del Instituto Arava de Estudios Ambientales, el modelo podría beneficiar a más del 70% de la población mundial en su lucha contra el cambio climático.
El martes pasado, se anunció la finalización del proyecto durante la segunda conferencia anual de la ONG judía-beduina Shamsuna, que tuvo lugar en Rahat, una ciudad beduina reconocida. Este centro educativo, ubicado cerca de la carretera Beersheba-Arad, se ha convertido en un referente en el uso de tecnologías fuera de la red en comunidades marginadas.
El proyecto es una colaboración entre el Instituto Arava, la ONG Shamsuna, la red educativa Atid y la organización ICA en Israel-Asociación de Beneficencia Judía. Las instalaciones incluyen un invernadero y cinco tecnologías sustentables: una unidad que recicla aguas residuales mediante bacterias y algas, paneles solares agrovoltaicos, baterías de almacenamiento de energía, sistemas HomeBiogas para convertir desechos en gas metano y fertilizantes, y máquinas Watergen que generan agua potable directamente del aire.
Principales características del modelo sustentable
- Uso de aguas residuales recicladas para el riego de cultivos mediante procesos biológicos avanzados.
- Paneles agrovoltaicos que generan energía solar mientras favorecen el crecimiento de las plantas.
- Almacenamiento de energía en baterías para uso durante la noche o en días nublados.
- Conversión de desechos orgánicos en gas metano para cocinar y en fertilizantes para la agricultura.
- Producción de agua potable a partir de la humedad del aire utilizando tecnología israelí.
Un sistema educativo alineado con la sustentabilidad
El centro cuenta con cuatro aulas que tienen la capacidad de alternar entre la red eléctrica convencional y la energía solar. Esto las convierte en las únicas aulas de su tipo en Israel. Los estudiantes pueden analizar datos detallados sobre el uso de energía solar a través de una aplicación móvil, lo que les permite investigar las ventajas y desventajas de emplear agua normal frente a agua reciclada en el riego.
Además, los alumnos cultivan plantas usando aguas residuales recicladas y fertilizantes generados a partir de desechos orgánicos, mientras que los alimentos cosechados se cocinan en estufas alimentadas con gas metano, otro subproducto del reciclaje de desechos. Por último, el centro asegura una provisión constante de electricidad y agua potable, incluso en ausencia de luz solar.
Este enfoque educativo no solo promueve la autosuficiencia, sino que también integra el aprendizaje práctico sobre tecnologías sustentables que podrían ser replicadas en otras regiones del mundo afectadas por el cambio climático.
Desafíos legales y sociales en las aldeas no reconocidas
La situación de las aldeas no reconocidas como Alfoura refleja una larga disputa entre las comunidades beduinas y el Estado de Israel. Según la ley, los beduinos deben ser reubicados en pueblos construidos o comunidades reconocidas que cuentan con infraestructura básica como electricidad, agua y tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, muchas aldeas como Alfoura fueron establecidas sin permisos oficiales antes de la Ley de Planificación y Construcción de 1965, lo que las excluye de servicios básicos de infraestructura.
De acuerdo con la Oficina Central de Estadísticas, en 2023, el 71% de los aproximadamente 300,000 beduinos de Israel residían en comunidades planificadas o reconocidas, mientras que el resto vivía en aldeas no reconocidas, sin acceso completo a servicios esenciales. En estas comunidades, los residentes suelen depender de paneles solares no conectados a la red y pozos para gestionar sus necesidades básicas. Aunque se prohíben paneles solares en edificios no autorizados, la falta de permisos de planificación hace imposible su legalización.
Reconocimiento educativo en comunidades no oficiales
Pese a las limitaciones legales que enfrentan estas aldeas, el Ministerio de Educación reconoce las escuelas ubicadas en estas comunidades y financia tanto los salarios de los maestros como, en ocasiones, la construcción de los edificios escolares. Esto garantiza el acceso a la educación para todos los niños beduinos, en cumplimiento de la legislación nacional.
En la aldea beduina de Alfoura, la escuela local dispone de acceso a electricidad, aunque insuficiente, debido a un permiso de construcción otorgado en 1974 al primer edificio de la zona. Sin embargo, la instalación de paneles solares está prohibida, lo que obliga al Ministerio de Educación a financiar el uso de generadores diésel ruidosos y contaminantes. Estos generadores emiten humos cancerígenos, según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, lo que ha generado preocupación entre los residentes y organizaciones ambientales.
A principios de este año, la organización ambiental Adam Teva V’Din lideró una petición ante el Tribunal Supremo junto a otras ONG y padres de familia. Exigieron al estado reemplazar los generadores diésel por tecnologías más limpias, como paneles solares. Mientras tanto, iniciativas privadas lideradas por la ONG Shamsuna han permitido instalar paneles solares en complejos educativos específicos gracias a donaciones del empresario Yoki Gil.
Proyectos exitosos financiados con donaciones privadas
- Reemplazo de generadores diésel en un complejo de cuatro jardines de infancia en Elarara.
- Instalación de paneles solares en un complejo educativo con dos jardines de infancia en Umm Batin.
- Shamsuna trabaja para integrar soluciones sostenibles en comunidades beduinas no reconocidas.
- Colaboración entre Yossi Abramowitz, Raid Abu-Alkian y otros líderes para promover energías renovables.
Acciones gubernamentales y desafíos pendientes
En la conferencia celebrada el martes, Dorit Hochner, del Ministerio de Energía, informó que recientemente se inició un proceso para reemplazar generadores por paneles solares en varias localidades beduinas. Este proceso, que se estima durará seis meses, busca permitir instalaciones solares en comunidades marginadas. Shamsuna, por su parte, sigue presionando para incluir una cláusula que elimine la necesidad de permisos de construcción para infraestructuras fuera de la red en instituciones educativas y edificios públicos.
Expertos como Michael Macchia señalan que ya existen precedentes en Israel donde se han instalado paneles solares en techos de construcciones no autorizadas, como en kibutzim y barrios judíos ultraortodoxos. Sin embargo, las disputas legales sobre la propiedad de tierras en comunidades beduinas complican la expansión de este tipo de proyectos, limitando las posibilidades de desarrollo energético en estas áreas.
Campos solares en tierras beduinas: avances y obstáculos
A pesar de los desafíos, ya se han instalado campos solares en aldeas como Tarabin y Abu Krinat, gracias a acuerdos entre las familias y el Estado. Además, la Autoridad de Planificación de la Región Sur ha aprobado tres nuevos campos solares en tierras beduinas. Según Iris Berkowitz, en todo el país se han aprobado 64.000 dunams (16.000 acres) para este propósito, de los cuales el 90% se encuentran en el distrito sur, donde se concentra la población beduina.
No obstante, gran parte de la energía generada por estos campos solares no podrá ser utilizada de inmediato debido a la falta de infraestructura eléctrica adecuada para integrarla en la red. Este retraso subraya la creciente competencia por las tierras del Néguev, donde el aumento poblacional está ejerciendo mayor presión sobre los recursos disponibles.
Propuestas para impulsar la energía solar en comunidades beduinas
Para fomentar el uso de la energía solar en las comunidades beduinas, Michael Macchia sugiere involucrar activamente a los residentes en los proyectos y mapear las tierras donde se hayan resuelto las disputas legales. Este enfoque permitiría identificar áreas aptas para la instalación inmediata de paneles solares, evitando demoras innecesarias.