¿Por qué algunas personas que sufrieron COVID-19 no recuperan nunca el sentido del olfato? Según un nuevo estudio, puede deberse a una disminución del número de células nerviosas olfativas causada por una agresión inmunitaria continua.
Las conclusiones de este estudio, publicado en línea en la revista académica Science Translational Medicine, arrojan luz sobre una consecuencia sensorial continua de la pandemia mundial.
El estudio fue dirigido por científicos de Duke Health y examinó además las causas de varios otros síntomas de la COVID prolongada.
Olfateando la verdad: por qué algunos pacientes de COVID-19 nunca recuperan el olfato
De los millones de personas que han contraído la COVID-19 en los últimos dos años, ha habido muchas que han seguido padeciendo síntomas mucho después de que la infección propiamente dicha haya remitido.
Estos síntomas van desde fatiga, niebla cerebral y palpitaciones del corazón. Sin embargo, entre los más destacados se encuentra la pérdida del sentido del olfato, también conocida como asomnia.
No está claro cómo se produce el asomnio persistente tras la infección por COVID-19, aunque ha habido muchas teorías al respecto.
Para averiguarlo, los investigadores, dirigidos por Bradley Goldstein, de la Universidad de Duke, y que incluían expertos de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California en San Diego, llevaron a cabo un método basado en biopsias para analizar muestras epiteliales olfativas, incluso de pacientes con COVID-19 con pérdida del olfato a largo plazo.
Esta biopsia reveló un hallazgo interesante en relación con las células T.
Las células T son la “memoria a largo plazo” del sistema inmunitario. Son un tipo específico de célula inmunitaria que básicamente encuentra y elimina células infectadas y patógenos.
Los investigadores descubrieron que las células T están aparentemente involucradas en una respuesta autoinmune en la nariz, con las células inflamadas en la parte de la nariz donde se encuentran las células nerviosas para las células, el epitelio olfativo.
Esta zona tiene un tejido muy delicado. Dado que cualquier respuesta de tipo autoinmune con las células T que esté ocurriendo aquí causa daños, puede hacer que el número de células nerviosas disminuya, lo que a su vez perjudicaría el sentido del olfato.
No está claro por qué ocurre esto. Sin embargo, el hecho de que ocurra tiene sentido para explicar por qué algunas personas nunca recuperan el sentido del olfato.
Además, este descubrimiento también puede revelar otra cosa importante: un camino hacia la restauración del sentido del olfato.
Las células T son las que están dañando el epitelio olfativo, lo que hace que disminuya el número de células nerviosas. Saber eso significa saber qué parte del cuerpo está siendo dañada y qué células están implicadas: Ambas cosas son clave para diseñar un tratamiento.
En un comunicado, Goldstein aclaró que esto ayudará a allanar el camino para reparar parte del daño, ayudado por el hecho de que las neuronas del tejido aún tenían cierta capacidad de reparación.
Se espera que con estos avances, Goldstein y su laboratorio puedan restablecer, al menos parcialmente, el envío a estas víctimas de COVID-19.