Un informe anual revela que apenas el 25% de las medidas para reducir emisiones de gases y contaminación se han llevado a cabo.
Informe destaca la inacción gubernamental en medidas ambientales
Un reciente informe anual del Ministerio de Protección Ambiental señala que solo una de cada cuatro medidas políticas planeadas para combatir el cambio climático se ha implementado en los últimos dos años. Este informe es parte de una serie de publicaciones que critican la falta de acción de los gobiernos actuales y anteriores frente a la crisis climática.
De las 241 medidas políticas planificadas, el informe muestra que el 25% se ha llevado a cabo, el 33% se encuentra en las etapas iniciales, el 8% no ha comenzado, y no se ha recibido actualización alguna sobre el 34%. Además, se destaca que la aprobación de una ley climática y la introducción de impuestos al carbono son medidas críticas que se están retrasando.
También se denuncia que los planes para cerrar las unidades de carbón más antiguas y contaminantes de la central eléctrica de Orot Rabin y para implementar proyectos de eficiencia energética, transporte sostenible y reducción de residuos en vertederos están quedando rezagados.
Medidas críticas para reducir la contaminación del aire y gases de efecto invernadero
En 2022, el gobierno de Israel actualizó su plan nacional para reducir la contaminación del aire y los gases de efecto invernadero, ordenando acciones en sectores como la industria, la producción de electricidad, el transporte, la agricultura, los residuos y los gases refrigerantes. Sin embargo, el informe del domingo destaca una “baja implementación” de estas medidas en todas las áreas.
De los 6.700 millones de NIS (1,84 millones de dólares) prometidos del presupuesto estatal, solo se han aprobado o utilizado alrededor de 4.000 millones de NIS (1.100 millones de dólares). Esta falta de financiamiento adecuado es una barrera significativa para alcanzar los objetivos climáticos.
El informe del año pasado del ministerio pronosticó que Israel reduciría sus emisiones de calentamiento global en solo un 12% para 2030, muy por debajo del 27% prometido a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Si las tendencias continúan, solo el 19% de la energía será generada por fuentes renovables al final de la década, en comparación con el objetivo oficial del 30%.
Críticas a la gestión gubernamental de la crisis climática
El informe de 2021 del contralor estatal Matanyahu Englman criticó a los gobiernos sucesivos por tomar decisiones pero no implementarlas ni presupuestarlas adecuadamente. En un seguimiento de ese informe publicado en marzo, Englman señaló que se habían logrado pocos avances en la reducción de emisiones y en la preparación para las consecuencias del cambio climático.
Englman afirmó que los gobiernos sucesivos —liderados por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu durante 15 de los últimos 16 años— han tenido un desempeño deficiente en la gestión de la crisis climática y en demostrar los niveles necesarios de gobernanza. “Todo esto contrasta marcadamente con los riesgos inherentes que plantea el cambio climático, que amenazan nuestra propia existencia”, advirtió Englman.
La OCDE también ha criticado a Israel por retrasarse en sus objetivos de reducción de emisiones, aumentar los subsidios a los combustibles fósiles y no proporcionar incentivos financieros para el reciclaje de desechos, exponiendo a los ciudadanos a altos niveles de contaminación por partículas.
Compromisos internacionales y retos futuros
El Acuerdo de París de 2015, del que Israel es signatario, busca limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius (3,6˚F), y preferiblemente a 1,5 grados Celsius (2,7˚F), en comparación con los niveles preindustriales. Sin embargo, los informes recientes muestran que Israel está lejos de alcanzar estos objetivos.
El informe del Ministerio de Protección Ambiental destaca la necesidad urgente de implementar las políticas y medidas necesarias para cumplir con los compromisos internacionales y proteger el medio ambiente. Sin una acción decidida y efectiva, el país podría enfrentar graves consecuencias ambientales y económicas.
El camino hacia un futuro sostenible requiere no solo la implementación de políticas existentes, sino también la innovación y el compromiso de todos los sectores de la sociedad. Solo a través de esfuerzos coordinados y sostenidos se podrán alcanzar los objetivos climáticos y asegurar un ambiente saludable para las futuras generaciones.