Una investigación reciente basada en fósiles excepcionales de dinosaurios con 160 millones de años abrió una perspectiva inédita sobre la evolución del vuelo en dinosaurios y aves. El trabajo aporta nuevas evidencias sobre cómo surgieron, cambiaron y, en algunos casos, se perdieron las capacidades aéreas.
Al analizar patrones fosilizados de muda de plumas, Yosef Kiat, investigador de la Escuela de Zoología de la Universidad de Tel Aviv y del Museo Steinhardt de Historia Natural, detectó señales que indican que ciertos dinosaurios alados habrían perdido la facultad de volar a lo largo de su evolución.
El estudio incluyó nueve fósiles hallados en el este de China, pertenecientes a Anchiornis huxleyi, un pequeño dinosaurio con aspecto aviar, locomoción bípeda y cuatro alas emplumadas. Las condiciones ambientales permitieron conservar las plumas, y los ejemplares se seleccionaron porque aún mostraban su color blanco con manchas negras en la punta.
La organización de las plumas permitió a Kiat, ornitólogo especializado en estructuras plumosas, y a su equipo examinar con precisión los patrones de muda. Este rasgo resultó clave para interpretar la funcionalidad de las alas en estos antiguos dinosaurios.
En las aves voladoras actuales, la muda sigue un patrón regular y progresivo que conserva la simetría alar y posibilita el vuelo durante el recambio de plumas, explicó Kiat. Este proceso contrasta con el observado en especies incapaces de volar.
En aves sin capacidad de vuelo, la muda se presenta de forma irregular y desordenada, sin un patrón que preserve la funcionalidad aérea. Esta diferencia sirvió como referencia comparativa para interpretar los datos obtenidos a partir de los fósiles analizados.
La coloración conservada en las plumas fósiles permitió reconstruir la estructura de las alas, donde el borde mostraba una línea continua de manchas negras. Además, fue posible identificar plumas nuevas que no habían completado su crecimiento, reconocibles por la desviación de sus manchas respecto a esa línea.
El examen detallado de las plumas nuevas en los nueve fósiles demostró que la muda no siguió un proceso sistemático ni simétrico. Este patrón coincidió con el observado en animales actuales que no vuelan.
“Es un hallazgo raro y especialmente emocionante”, dijo Kiat. “La coloración preservada de las plumas nos dio una oportunidad única para identificar un rasgo funcional de estas criaturas ancestrales”.
Continuó: “Este hallazgo tiene una gran importancia, ya que sugiere que el desarrollo del vuelo a lo largo de la evolución de dinosaurios y aves fue mucho más complejo de lo que se creía anteriormente. Ciertas especies pueden haber desarrollado habilidades básicas de vuelo y luego perderlas más adelante en su evolución”.
Según Kiat, la línea de los dinosaurios se separó de otros reptiles hace unos 240 millones de años. Poco después, muchos de estos animales desarrollaron plumas, principalmente asociadas al vuelo y a la regulación de la temperatura corporal.
Hace aproximadamente 175 millones de años apareció un grupo de dinosaurios emplumados conocido como Pennaraptora, ancestros remotos de las aves modernas y la única línea de dinosaurios que sobrevivió a la extinción masiva ocurrida al final de la era mesozoica, hace 66 millones de años.
“Hasta donde sabemos, el grupo Pennaraptora desarrolló plumas para volar, pero es posible que cuando cambiaron las condiciones ambientales, algunos de estos dinosaurios perdieran su capacidad de vuelo, igual que los avestruces y pingüinos de hoy en día”, explicó Kiat
Concluyó: “La muda de plumas parece un detalle técnico menor, pero cuando se examina en fósiles, puede cambiar todo lo que pensábamos sobre los orígenes del vuelo.
La investigación se realizó en colaboración con científicos de China y Estados Unidos y se publicó en la revista Communications Biology.
