El desarrollo de implantes cerebrales promete un panorama revolucionario para la restauración del habla en individuos afectados por enfermedades neurodegenerativas.
Esclerosis Lateral Amiotrófica y su impacto en el habla
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también denominada enfermedad de Lou Gehrig, es un trastorno neuronal que proviene del daño a los nervios encargados de transmitir información entre el cerebro, médula espinal y otras regiones corporales. Este trastorno neurodegenerativo avanza hasta causar parálisis, limitando severamente la capacidad de comunicación del paciente.
Pat Bennett, exejecutiva de recursos humanos, es una víctima de esta enfermedad. En el transcurso de una década, sus habilidades comunicativas se vieron progresivamente mermadas hasta perder por completo la facultad de enunciar palabras.
Los avances tecnológicos, en especial, la investigación de implantes cerebrales, presentan oportunidades significativas para tratar este tipo de trastornos.
Tecnología de Implantes: Microelectrodos en la Universidad de Stanford
La prestigiosa revista Nature informó que investigadores del departamento de neurociencia de la Universidad de Stanford implantaron en el cerebro de Bennett una matriz de 64 microelectrodos de silicona. Estos microelectrodos, que se extienden apenas 1,5 milímetros en la corteza cerebral, capturan señales eléctricas asociadas con la producción del lenguaje.
Una vez obtenidas, las señales son exportadas fuera del cráneo mediante cables y posteriormente interpretadas por un algoritmo. En un periodo de cuatro meses, dicho sistema fue capaz de relacionar las señales con fonemas específicos, ofreciendo la posibilidad de reconstruir palabras y oraciones.
Frank Willett, profesor de Stanford y coautor del estudio, enfatiza la posibilidad emergente de “restablecer una conversación fluida con alguien con parálisis”.
Interfaz Cerebro-Ordenador (BCI): El futuro de la comunicación
La BCI, en el caso de Bennett, permitió alcanzar velocidades de más de 60 palabras por minuto, aunque aún lejos del ritmo de una conversación típica. Sin embargo, este ritmo representa una mejora significativa, triplicando la marca establecida en 2021.
Adicionalmente, la tasa de error se redujo sustancialmente, logrando una precisión superior al 90 % para un vocabulario básico de 50 palabras.
Otras pruebas, como la liderada por Edward Chang de la Universidad de California en San Francisco, muestran resultados similares utilizando tecnologías de implantes distintas.
Sistema de Chang: Más allá del lenguaje
El sistema propuesto por Chang tiene una particularidad: analiza señales no solo de áreas directamente vinculadas al lenguaje, sino también de la corteza sensoriomotora. Esta región abarca áreas sensoriales y motoras primarias del cerebro, que están involucradas en la producción de sonidos.
“Hace unos cinco o seis años empezamos a comprender los patrones eléctricos que generan los movimientos de labios, mandíbula y lengua que nos permiten enunciar sonidos específicos”, menciona Chang.
La interfaz desarrollada por el equipo de Chang produce lenguaje en formato de texto, voz sintética y, notablemente, un avatar que refleja las expresiones faciales del paciente.