El Centro Médico Hadassah aplica vectores adenovirales para inhibir TNF-α y reducir inflamación en cistitis crónica, según estudios en modelos animales.
Avance del Hadassah en terapia génica para cistitis
Un equipo del Centro Médico Hadassah en Jerusalén desarrolló un enfoque innovador para tratar la cistitis crónica mediante terapia génica. Los investigadores utilizaron vectores adenovirales para inhibir la expresión de la citoquina proinflamatoria TNF-α en modelos animales. Los resultados, publicados en 2024, muestran una reducción del 60% en los marcadores inflamatorios locales, como la infiltración de neutrófilos y la producción de interleucina-6, sin alterar la función vesical. La técnica emplea adenovirus no replicativos que entregan genes silenciadores dirigidos específicamente a las células del urotelio, lo que limita la respuesta inflamatoria en la vejiga. Este avance representa un paso clave hacia tratamientos no invasivos para pacientes con inflamaciones urinarias crónicas.
La cistitis crónica afecta a millones de personas en el mundo, con una prevalencia estimada del 5-12% en mujeres, según datos de la Asociación Europea de Urología. En Israel, se reportan cerca de 20,000 casos nuevos al año, muchos de ellos relacionados con infecciones urinarias recurrentes o condiciones como la cistitis intersticial. La inflamación persistente en la vejiga causa síntomas como dolor pélvico, urgencia urinaria y polaquiuria, que impactan gravemente la calidad de vida. Los tratamientos convencionales, que incluyen antibióticos y antiinflamatorios, a menudo fallan en casos crónicos, con tasas de recurrencia que alcanzan el 50% en el primer año tras el tratamiento inicial. La investigación del Hadassah aborda esta brecha al atacar directamente los mediadores inflamatorios.
El estudio se realizó en ratas con cistitis inducida por ciclofosfamida, un modelo estándar que replica la inflamación crónica en humanos. Los vectores adenovirales, diseñados para silenciar el gen de TNF-α, se administraron mediante instilación intravesical. A los siete días, los análisis histológicos revelaron una disminución del edema en la mucosa vesical y una reducción del 45% en la expresión de IL-6, otra citoquina clave en la inflamación. Además, las pruebas urodinámicas confirmaron que la capacidad vesical y la presión de vaciamiento se mantuvieron estables, lo que indica que la terapia no afecta la función normal de la vejiga. Los investigadores también observaron una reducción del 30% en el dolor visceral, evaluado mediante pruebas de comportamiento.
El uso de vectores adenovirales en terapia génica no es nuevo, pero su aplicación en cistitis crónica marca un hito. Estos vectores, ampliamente estudiados para tratar cánceres como el glioblastoma, destacan por su capacidad de infectar células no replicantes y su bajo perfil de toxicidad. En el caso del Hadassah, los adenovirus se modificaron para expresar secuencias de ARN de interferencia que bloquean específicamente la producción de TNF-α. Este enfoque evita los efectos secundarios de los tratamientos sistémicos, como los antiinflamatorios no esteroideos, que pueden causar daño gástrico o renal tras un uso prolongado.
Datos clave sobre terapia génica en cistitis crónica

- TNF-α: Citoquina proinflamatoria clave, reducida en un 60% con vectores adenovirales.
- Prevalencia: La cistitis crónica afecta al 5-12% de las mujeres, según la Asociación Europea de Urología.
- Recurrencia: Hasta un 50% de los pacientes presentan síntomas recurrentes en el primer año.
- Modelo animal: Cistitis inducida por ciclofosfamida, estándar para estudiar inflamación vesical.
- Función vesical: La terapia génica no altera la capacidad ni la presión de vaciamiento.
Contexto de la cistitis crónica y tratamientos actuales
La cistitis crónica abarca diversas afecciones inflamatorias de la vejiga, como la cistitis intersticial y formas secundarias a infecciones recurrentes. Según un estudio de ScienceDirect, las causas incluyen factores infecciosos, irritativos y traumáticos, como el uso prolongado de sondas vesicales o quimioterapias intravesicales con mitomicina C. En pacientes con cistitis inducida por ciclofosfamida, un medicamento usado en quimioterapia, los síntomas se desarrollan tras un año de tratamiento en el 70% de los casos, aunque algunos presentan formas precoces a las 16 semanas. La inflamación crónica también se asocia con condiciones como la endometriosis vesical, que afecta al 1-5% de las mujeres con endometriosis, con un predominio en la vejiga del 85%.
Los tratamientos actuales para la cistitis crónica incluyen antibióticos, como ciprofloxacino, y antiinflamatorios, como prednisona, pero su eficacia es limitada en casos persistentes. Las instilaciones endovesicales con ácido hialurónico, recomendadas por la Asociación Española de Urología, ofrecen alivio temporal en el 60% de los pacientes, pero no abordan la inflamación subyacente. En casos graves, se recurre a procedimientos quirúrgicos como la enterocistoplastia supratrigonal, que utiliza segmentos de intestino para aumentar la capacidad vesical. Estos métodos, sin embargo, son invasivos y conllevan riesgos, como infecciones postoperatorias en el 15% de los casos, según datos de la Clínica Universidad de Navarra.
La investigación del Hadassah se basa en estudios previos sobre el papel de las citoquinas proinflamatorias en enfermedades inflamatorias. TNF-α, un mediador clave, activa cascadas inflamatorias que perpetúan el daño tisular en la vejiga. Otros trabajos, como los publicados en la Revista Médica Clínica Las Condes, destacan que las infecciones urinarias recurrentes, presentes en el 20% de las mujeres jóvenes, contribuyen a la inflamación crónica al alterar la microbiota urinaria. La disbiosis, caracterizada por una disminución de Lactobacillus y un aumento de Gardnerella, se asocia con síntomas más graves, lo que subraya la necesidad de terapias dirigidas al microambiente vesical.
El enfoque del Hadassah también se alinea con avances globales en terapia génica. En Estados Unidos, investigadores han utilizado vectores adenovirales para tratar enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, con tasas de éxito del 70% en la reducción de citoquinas proinflamatorias. En Israel, el Technion-Israel Institute of Technology ha explorado terapias similares para cáncer de vejiga, lo que demuestra el potencial de los vectores adenovirales en urología. La colaboración entre el Hadassah y otras instituciones israelíes, como el Hospital Sheba, busca escalar estas terapias a ensayos clínicos en humanos para 2026.
Panorama global de la cistitis crónica y perspectivas
La cistitis crónica representa un desafío global de salud pública. Según la Mayo Clinic, las infecciones urinarias recurrentes, que afectan a más del 50% de las mujeres en algún momento de su vida, son un factor clave en el desarrollo de formas crónicas. En América Latina, un informe de Scielo indica que el 20% de las mujeres jóvenes experimentan cistitis asociada a la actividad sexual, conocida como “cistitis de la luna de miel”. La resistencia bacteriana, que afecta al 76-83% de las infecciones por Corynebacterium, complica aún más el tratamiento, según estudios de Elsevier.
En el contexto israelí, el sistema de salud ha priorizado la investigación en urología. El Ministerio de Salud de Israel destinó 15 millones de shekels en 2024 para financiar estudios sobre enfermedades inflamatorias crónicas, incluyendo la cistitis. Además, el Hadassah colabora con centros internacionales, como la American Urological Association, para validar sus hallazgos. Otros enfoques, como el uso de lactobacilos vaginales para restaurar la microbiota, han mostrado resultados prometedores en ensayos europeos, con una reducción del 30% en recurrencias.
La terapia génica también enfrenta desafíos. La respuesta inmune a los vectores adenovirales, mediada por Toll-like receptors, puede limitar su eficacia a largo plazo, según un estudio de Medicina Buenos Aires. En el 30% de los adultos sanos, se detectan células T reactivas contra adenovirus, lo que podría desencadenar inflamación sistémica. El equipo del Hadassah planea mitigar este riesgo mediante el uso de promotores específicos que restrinjan la expresión génica a las células vesicales, un enfoque que ha mostrado éxito en modelos de glioblastoma.
El impacto potencial de esta terapia es significativo. En países como Chile, donde se registran 10,000 casos de cistitis crónica al año, la adopción de tratamientos no invasivos podría reducir la carga económica y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La investigación del Hadassah, respaldada por publicaciones en revistas como ScienceDirect y Elsevier, establece un precedente para futuras terapias génicas en urología, con aplicaciones que podrían extenderse a otras enfermedades inflamatorias crónicas.