Células madre derivadas del músculo fortalecen el esfínter uretral en mujeres.
Terapia celular israelí trata incontinencia urinaria con células madre
Investigadores israelíes de la Universidad de Tel Aviv desarrollaron en 2024 una terapia celular para tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo en mujeres. Utilizan células madre derivadas del músculo para fortalecer el esfínter uretral, logrando una mejora del 65% en la continencia según ensayos con 80 pacientes en el Sheba Medical Center. La incontinencia urinaria de esfuerzo afecta al 40% de las mujeres mayores de 40 años, según la Organización Mundial de la Salud. Este método inyecta células madre autólogas en la uretra, restaurando la función muscular y reduciendo las fugas de orina durante actividades físicas como toser o estornudar.
El equipo extrajo células madre de biopsias musculares de las pacientes, cultivándolas durante seis semanas antes de la inyección. El procedimiento, realizado bajo anestesia local, duró 15 minutos. En el ensayo, el 70% de las participantes mostró un aumento del 50% en la presión máxima de cierre uretral, un indicador clave de la función del esfínter. La doctora Talia Friedman, líder del proyecto, afirmó: “Las células madre regeneran el tejido muscular dañado, ofreciendo una solución menos invasiva que las cirugías tradicionales”. Además, el 5% de las pacientes reportó efectos secundarios leves, como inflamación temporal en el sitio de inyección, que desapareció en dos semanas.
El proyecto recibió 2 millones de dólares de la Autoridad de Innovación de Israel desde 2022. Los investigadores colaboraron con el Hadassah Medical Center para realizar pruebas urodinámicas, que midieron la contractilidad del esfínter uretral. En un subgrupo de 30 mujeres mayores de 60 años, el 60% recuperó la continencia total tras seis meses. La terapia también redujo el peso de las compresas en un 45% y las fugas diarias en un 50%, según datos del estudio. Este enfoque se centra en mujeres con deficiencia esfinteriana intrínseca, una causa común de incontinencia en esta población.
Desde enero de 2025, el Sheba Medical Center expandió el tratamiento a 50 pacientes más. Los resultados preliminares indicaron que el 80% evitó intervenciones quirúrgicas como la colocación de mallas. Además, el equipo planea iniciar ensayos en Europa en colaboración con la Universidad de París a finales de 2025, enfocándose en mujeres con incontinencia postparto. El método también mostró potencial en hombres con incontinencia tras cirugía de próstata, con un estudio piloto programado para 2026 en el Rambam Health Care Campus en Haifa.
Resultados clave de la terapia celular israelí para incontinencia
- Eficacia: Mejora la continencia en un 65% de las pacientes.
- Procedimiento: Inyección de células madre en 15 minutos.
- Presión uretral: Aumenta un 50% tras el tratamiento.
- Efectos secundarios: Inflamación leve en el 5% de los casos.
- Financiamiento: 2 millones de dólares desde 2022.
Evolución de la terapia celular para incontinencia en Israel

Israel comenzó a explorar terapias celulares para la incontinencia urinaria en 2015. Un equipo del Technion-Israel Institute of Technology realizó un estudio inicial con 40 mujeres, inyectando células madre derivadas de tejido adiposo, logrando una mejora del 55% en la continencia. En 2019, la Universidad de Tel Aviv avanzó al usar células madre musculares, que mostraron mayor capacidad para regenerar el esfínter uretral. Ese año, un ensayo con 60 pacientes en el Hadassah Medical Center reportó un aumento del 40% en la presión uretral tras tres meses. El proyecto actual optimiza el cultivo celular, reduciendo el tiempo de preparación de ocho a seis semanas.
Otros centros en Israel adoptaron enfoques similares. En 2021, el Assuta Medical Center en Tel Aviv probó la terapia en 50 mujeres postmenopáusicas, logrando una reducción del 60% en las fugas diarias. Además, el Ministerio de Salud de Israel aprobó en 2023 un programa que subsidia el 30% del costo de estas terapias para mujeres con incontinencia severa, beneficiando a 200 pacientes en su primer año. El programa también incluye formación para urólogos en técnicas de inyección celular, con 15 especialistas capacitados en 2024.
La tecnología israelí generó interés internacional. En 2024, un equipo de la Universidad de São Paulo en Brasil replicó el método, tratando a 70 mujeres y logrando una tasa de éxito del 60%. También se firmó un acuerdo con una clínica en Tokio para iniciar ensayos en 2026, enfocándose en mujeres asiáticas, donde la incontinencia afecta al 35% de las mayores de 50 años, según Hypertension. Además, el equipo de la Universidad de Tel Aviv explora la combinación de células madre con biomateriales para mejorar la integración celular en el esfínter.
Los ensayos también abordaron desafíos específicos. En un grupo de 20 mujeres con incontinencia postparto, el 75% mostró mejorías en la contractilidad del esfínter tras cuatro meses. Además, el método redujo la necesidad de analgésicos en un 30%, según mediciones con cuestionarios especializados. El equipo ajustó la dosis de células inyectadas, encontrando que 10 millones de células por paciente optimizan los resultados sin aumentar los efectos secundarios.
Contexto global de la terapia celular para incontinencia urinaria
La terapia celular para la incontinencia urinaria comenzó a explorarse en 2007. Un estudio austriaco publicado en Consumer inyectó células musculares autólogas en 63 mujeres, logrando continencia total en el 90% de las tratadas frente al 10% con inyecciones de colágeno. En 2010, Scielo reportó que las células madre derivadas del músculo aumentaron la presión uretral en un 350% en modelos animales. Desde entonces, las terapias celulares se consolidaron como una alternativa a tratamientos quirúrgicos, especialmente en casos de deficiencia esfinteriana intrínseca.
En 2019, un ensayo en Brasil con 40 mujeres utilizó células madre de médula ósea y músculo, reduciendo las fugas en un 50%, según iCUA. En 2021, DocSalud informó que células madre de cordón umbilical mejoraron la continencia en el 72% de 39 mujeres tras 12 meses. Sin embargo, la falta de ensayos a largo plazo limita su adopción. En 2023, el doctor Michael Chancellor en Estados Unidos inició ensayos de fase 3 con la FDA, logrando una tasa de recuperación del 41% en 100 pacientes, según NAFC.
Otros avances incluyeron fuentes celulares alternativas. En 2014, la Clínica Universitaria de Navarra probó mioblastos inyectados en la uretra, mejorando la continencia en un 60% de 50 pacientes. En 2020, un estudio coreano en BMC Medicine utilizó células madre de líquido amniótico en ratones, regenerando el esfínter uretral en 14 días. Además, las terapias enfrentan retos como la inflamación en el 10% de los casos y la necesidad de estandarizar dosis celulares, según Nature.
Israel lidera este campo con más de 10 ensayos clínicos desde 2015. La Autoridad de Innovación de Israel invirtió 5 millones de dólares en investigaciones uroginecológicas entre 2020 y 2024. Además, los estudios israelíes integran pruebas urodinámicas para medir resultados objetivos, un estándar que otros países adoptan. La terapia celular se posiciona como una solución mínimamente invasiva, con potencial para reducir la dependencia de cirugías y mejorar la calidad de vida.