En 2020, Israel licitó 609 MW solares con 2.4 GW de almacenamiento, adjudicados a siete empresas, para garantizar suministro nocturno y alcanzar 20% renovable en 2025.
Avance histórico en energía solar de Israel en 2020
En 2020, la Autoridad de Electricidad de Israel lanzó una licitación que marcó un hito en el sector energético del país, adjudicando 609 megavatios (MW) de capacidad solar acompañados de 2.4 gigavatios (GW) de almacenamiento. Esta iniciativa, reportada por Energía Hoy, permitió a siete empresas obtener contratos a un precio competitivo de 0.0544 dólares por kilovatio-hora (USD/kWh), uno de los más bajos en la región. Los proyectos, diseñados para garantizar suministro eléctrico durante la noche, refuerzan el compromiso de Israel de alcanzar un 20% de energía renovable para 2025, según el plan estratégico del Ministerio de Energía y Recursos Hídricos.
La licitación atrajo a empresas nacionales e internacionales, destacando nombres como Enlight Renewable Energy y EDF Renewables Israel, quienes lideraron los proyectos más ambiciosos. Los contratos estipulan la construcción de plantas solares integradas con sistemas de almacenamiento de energía, una innovación que permite almacenar electricidad generada durante el día para su uso nocturno. Este enfoque aborda uno de los mayores desafíos de la energía solar: la intermitencia. La planta de Dimona, ubicada en el desierto del Néguev, sobresale como el proyecto insignia, ocupando 3,000 dunam (300 hectáreas) y diseñada para generar 300 MW con almacenamiento integrado.
El proyecto de Dimona representa un avance técnico y estratégico. Equipada con baterías de ion-litio, la planta puede almacenar energía suficiente para abastecer a miles de hogares durante las horas sin sol. La Autoridad de Electricidad destacó que esta infraestructura reduce la dependencia de combustibles fósiles, como el gas natural, que en 2020 representaba cerca del 70% de la producción eléctrica de Israel. Además, la licitación incluyó incentivos para acelerar la construcción, con plazos de finalización establecidos para 2023 y 2024, según datos del Ministerio de Energía.
Israel enfrenta un aumento constante en la demanda eléctrica, con un crecimiento anual del 3-4%, impulsado por el desarrollo tecnológico y la expansión de sectores como los centros de datos y la inteligencia artificial. La integración de almacenamiento en proyectos solares responde a esta necesidad, asegurando estabilidad en la red eléctrica. En 2020, solo el 10% de la electricidad provenía de fuentes renovables, principalmente solares, lo que subraya la urgencia de iniciativas como esta licitación para diversificar la matriz energética.
Datos clave sobre los proyectos solares de Israel en 2020
- Capacidad licitada: 609 MW de energía solar, con 2.4 GW de almacenamiento.
- Precio promedio: 0.0544 USD/kWh, entre los más competitivos globalmente.
- Planta Dimona: 300 MW de capacidad, ubicada en 3,000 dunam en el Néguev.
- Empresas adjudicadas: Incluyen Enlight Renewable Energy y EDF Renewables Israel.
- Objetivo renovable: 20% de la electricidad de fuentes renovables para 2025.
- Impacto: Reducción de la dependencia del gas natural, que cubre el 70% de la demanda.
Expansión solar y almacenamiento en el desierto del Néguev
El desierto del Néguev, con aproximadamente 280 días soleados al año, ofrece condiciones ideales para la energía solar. La planta de Dimona, junto con otros proyectos en la región, aprovecha esta ventaja geográfica. En 2020, el Ministerio de Energía identificó el Néguev como una prioridad para instalar infraestructura solar, destinando miles de dunam a nuevos desarrollos. Estos proyectos no solo generan electricidad, sino que también crean empleos, con estimaciones de 2,000 puestos directos durante la fase de construcción, según un informe de Enlight Renewable Energy.
La tecnología de almacenamiento desempeña un papel crucial en estos desarrollos. Las baterías de ion-litio, utilizadas en Dimona y otras plantas, permiten guardar hasta 10 horas de energía, según especificaciones técnicas publicadas por EDF Renewables. Este avance tecnológico, combinado con paneles solares de alta eficiencia, eleva la confiabilidad de la red eléctrica. En 2020, Israel importó tecnologías de almacenamiento de países como China y Estados Unidos, pero también fomentó la innovación local a través de empresas como QD-SOL, que explora soluciones para producir hidrógeno verde con luz solar.
La licitación de 2020 marcó un punto de inflexión en la política energética de Israel. Antes de ese año, el país avanzaba lentamente hacia las renovables, con solo 1,500 MW de capacidad solar instalada hasta 2019, según la Agencia Internacional de Energía. La decisión de integrar almacenamiento a gran escala respondió a las lecciones aprendidas de mercados europeos, donde la falta de baterías limitó la adopción de energías limpias. Israel adaptó estas experiencias, priorizando proyectos que combinan generación y almacenamiento para maximizar la eficiencia.
El gobierno de Benjamín Netanyahu, en colaboración con el Ministerio de Energía, promovió incentivos fiscales y tarifas preferenciales para atraer inversión privada. En 2020, se aprobaron regulaciones que facilitaron la conexión de plantas solares a la red nacional, reduciendo los plazos de aprobación de 18 a 6 meses, según un comunicado de la Autoridad de Electricidad. Estas medidas atrajeron capital extranjero, con empresas como Mitsubishi Corporation participando en proyectos conjuntos.

Contexto global y metas energéticas de Israel
En el contexto global, la licitación de 2020 posicionó a Israel como un actor relevante en el mercado de energías renovables. Países como China, que en 2020 instaló 48 GW de capacidad solar, y Estados Unidos, con 19 GW, lideraban el sector, según la Agencia Internacional de Energía. Sin embargo, el enfoque de Israel en combinar generación solar con almacenamiento a gran escala destacó por su innovación. El precio de 0.0544 USD/kWh logrado en la licitación fue competitivo incluso frente a gigantes como Arabia Saudita, que reportó tarifas de 0.0104 USD/kWh en proyectos sin almacenamiento.
El objetivo de alcanzar un 20% de energía renovable para 2025 forma parte de un plan más amplio para reducir emisiones de carbono y cumplir con los compromisos internacionales del Acuerdo de París. En 2020, Israel generaba 12 toneladas de CO2 por persona, una cifra superior al promedio de la OCDE, según el Banco Mundial. Los proyectos solares, al reducir la dependencia del gas natural, contribuyen a mitigar este impacto. Además, el Ministerio de Energía proyecta que la capacidad solar alcance los 12,000 MW para 2030, triplicando la instalada en 2020.
La infraestructura eléctrica de Israel, gestionada por la Israel Electric Corporation, enfrentaba en 2020 limitaciones para integrar grandes volúmenes de energía renovable. La licitación abordó este desafío al exigir que las nuevas plantas incluyeran almacenamiento, lo que estabiliza la red y evita sobrecargas. Un informe de la Universidad de Tel Aviv estimó que los sistemas de almacenamiento podrían reducir los costos operativos de la red en un 15% anual, beneficiando a los consumidores.
El impulso a la energía solar también responde a necesidades de seguridad energética. La dependencia de importaciones de gas y petróleo, que en 2020 representaban el 30% del suministro energético, expone a Israel a riesgos geopolíticos. Los proyectos solares, al generar electricidad localmente, fortalecen la autosuficiencia. En palabras de Yossi Dayan, director general del Ministerio de Energía, en 2020: “Un tejado solar proporciona seguridad energética a las familias en tiempos de emergencia y mantiene un entorno limpio”.