El gobierno de Joe Biden presentó el lunes un marco que regula la exportación de chips avanzados usados en la inteligencia artificial, lo cual, según ejecutivos del sector, podría limitar el acceso a los procesadores necesarios para videojuegos y restringir su uso en 120 países, entre ellos Israel, para productos de centros de datos e IA.
El periódico *The Times of Israel* y fuentes citadas por *Calcalist* afirmaron que este nuevo marco, destinado a equilibrar la seguridad nacional de Estados Unidos y los intereses de la industria, podría poner en peligro la competitividad de Israel en la carrera global por la IA.
Eli Greenbaum, abogado del bufete Arnon-Tadmor Levy, explicó que las restricciones dificultarán la creación y el entrenamiento de nuevos modelos de IA en Israel, ya que el país carece de la capacidad de procesamiento necesaria para avanzar en este campo.
Las preocupaciones entre los expertos de la industria local son evidentes, pues temen que las nuevas restricciones limiten la capacidad de Israel para mantenerse a la vanguardia en IA, ya que Estados Unidos podría estar determinando a los ganadores y perdedores de esta revolución tecnológica.
Esto podría disuadir a empresas tecnológicas internacionales de invertir en centros de computación en Israel. Greenbaum también indicó que si las empresas israelíes enfrentan dificultades para desarrollar nuevos modelos, podrían optar por establecerse en otros países, como Estados Unidos.
A pesar de estar entre los 10 principales ecosistemas de IA, Israel aún no ha logrado maximizar el potencial de esta tecnología revolucionaria, especialmente ahora que la competencia internacional por la IA se intensifica. En los últimos 12 meses, líderes y empresarios del sector han señalado que Israel necesita una estrategia a largo plazo para fortalecer la investigación académica, incentivar a las startups y mejorar la infraestructura tecnológica del país.
Israel se encuentra en la categoría de “segundo nivel” junto con México, Portugal y Suiza, lo que le permitiría importar chips de IA desde Estados Unidos, pero con restricciones severas en cuanto a la potencia de cálculo.
Las nuevas restricciones implican un proceso burocrático para la importación de procesadores de IA o procesadores con capacidades de IA, como los gráficos para videojuegos. Cada procesador avanzado vendido por compañías como Nvidia o Intel necesitaría la aprobación de las autoridades estadounidenses.
Fuentes del sector advirtieron que este proceso podría generar un cuello de botella en el Departamento de Comercio de Estados Unidos, lo que afectaría no solo a Israel sino también a otros países.
“El impacto de limitar la capacidad informática de Israel sería devastador”, afirmaron, destacando que estas tecnologías ya están integradas en millones de dispositivos.
Si Donald Trump implementa el marco al asumir la presidencia, 25 países considerados de “tercer nivel”, como China, Rusia, Irán y Corea del Norte, verían prohibida la importación de procesadores de IA debido a embargos de armas ya existentes.
Gina Raimondo, secretaria de Comercio de EE. UU., destacó que el marco busca garantizar que Estados Unidos mantenga su liderazgo en IA y chips relacionados, dada la creciente importancia de esta tecnología en la economía global y la seguridad nacional.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, explicó que el marco aseguraría que los avances más importantes en IA se desarrollen dentro de EE. UU. y con sus aliados más cercanos, evitando que se deslocalicen como ocurrió en sectores como el de las baterías y la energía renovable.
Sin embargo, el Consejo de la Industria de Tecnología de la Información advirtió que la nueva regulación podría fragmentar las cadenas de suministro globales y poner a las empresas estadounidenses en desventaja. Naomi Wilson, vicepresidenta de este consejo, expresó en una carta que los riesgos para el liderazgo global de EE. UU. en IA no deben subestimarse.
Un ejecutivo de la industria, que prefirió permanecer en el anonimato, señaló que las restricciones propuestas afectarían el acceso a chips usados en videojuegos, a pesar de lo que afirman las autoridades, y limitarían las opciones para construir centros de datos fuera de EE. UU.
El marco incluiría un período de 120 días para comentarios, lo que deja abierta la posibilidad de que la administración de Trump modifique las reglas para las exportaciones de chips. De esta manera, Trump tendría que equilibrar los intereses económicos con las preocupaciones de seguridad nacional.
Funcionarios estadounidenses señalaron que era necesario actuar con rapidez para proteger la ventaja de entre 6 y 18 meses que Estados Unidos mantiene sobre rivales como China en IA, una ventaja que podría desaparecer si los competidores logran obtener los chips necesarios.
Ned Finkle, vicepresidente de Nvidia, manifestó que las bases para el desarrollo de la IA fueron sentadas por la administración Trump anterior, pero que el nuevo marco podría obstaculizar la innovación sin mejorar la seguridad nacional.
El marco también detalla que unos 20 aliados clave de Estados Unidos no enfrentarían restricciones para acceder a chips avanzados. Entre estos países se encuentran Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Japón, España, Reino Unido y otros.
Los países que no sean aliados cercanos podrían importar hasta 50.000 unidades de chips gráficos, con la posibilidad de elevar este límite a 100.000 en casos especiales. Además, algunas instituciones podrían solicitar un estatus especial para importar hasta 320.000 unidades en un período de dos años.
Las instituciones de ciertos países también podrían importar hasta 1.700 unidades de chips avanzados sin necesidad de licencia. Esta excepción beneficiaría principalmente a universidades e instituciones médicas.
Microsoft, que está desarrollando nuevos centros de datos de IA en todo el mundo, afirmó que podría cumplir con los requisitos de la nueva normativa. Brad Smith, presidente de la compañía, declaró que están seguros de poder cumplir con los altos estándares de seguridad establecidos por el marco.