Un estudio reciente del Centro de Investigación e Innovación de los Servicios Sanitarios Maccabi (KSM) de Israel revela un incremento alarmante en los casos de parvovirus B19.
Este virus, responsable del eritema infeccioso, comúnmente conocido como “quinta enfermedad” o “enfermedad de la cara abofeteada”, se caracteriza por provocar una erupción roja brillante en las mejillas de los niños. La transmisión de este virus ocurre a través de gotitas respiratorias, y aunque común en niños, puede ocasionar síntomas gripales y, en algunos casos, hinchazón y dolor en las articulaciones. Es notable que aproximadamente el 20% de los niños infectados no presentan síntomas visibles, pero pueden contagiar a otros.
En niños, la quinta enfermedad generalmente es leve y suele resolverse en una semana o diez días sin necesidad de tratamiento extensivo. Los adultos pueden experimentar síntomas similares a la gripe sin la erupción cutánea. Sin embargo, este virus es especialmente peligroso para personas con sistemas inmunológicos debilitados y puede ser perjudicial para los fetos durante las primeras etapas del embarazo.
El estudio de KSM, basado en datos de 2.7 millones de miembros de Maccabi desde enero de 2015 hasta septiembre de 2023, muestra que el año 2023 experimentó el mayor aumento de infecciones de parvovirus en Israel. Este incremento fue seis veces mayor que en años anteriores y nueve veces mayor en comparación con el periodo de la COVID-19 (2020-2022). El Dr. Tal Patalon, director de KSM, destacó la relevancia de estos hallazgos debido al tamaño significativo de la muestra, que representa aproximadamente el 25% de la población israelí.
Los registros de Maccabi indican más de 9.000 infecciones por parvovirus desde 2015, con un 40% de estos casos ocurriendo en 2023. Esto implica entre 14.000 y 15.000 infecciones en toda la población israelí en el año en curso. Además, el estudio destaca la ausencia de estacionalidad en las infecciones por parvovirus en 2023, un patrón inusual dado que estas infecciones generalmente se presentan a finales del invierno y en primavera.
La investigación sobre el parvovirus se intensificó después de que médicos reportaran un aumento anómalo en el número de pacientes, incluyendo mujeres embarazadas. Este brote sin precedentes en Israel pone en evidencia la necesidad de una vigilancia y prevención más efectiva frente a enfermedades infecciosas.
El reciente brote de parvovirus B19 en Israel ha sido investigado utilizando un enfoque denominado “pequeños grandes datos” por el Centro de Investigación e Innovación de los Servicios Sanitarios Maccabi (KSM). El Dr. Tal Patalon, director de KSM, explica que este método comienza con observaciones de médicos en el campo, seguidas por un análisis de los extensos datos de la organización. Este proceso permite detectar cambios tempranos en la trayectoria de enfermedades al conectar informes anecdóticos con datos cuantitativos.
Una vez identificado un incremento inusual de casos, como el del parvovirus, se inicia una investigación detallada. Actualmente, la causa del brote no está clara, pero se especula que el aislamiento durante la pandemia de COVID-19 pudo haber suprimido temporalmente la transmisión del virus, reactivándose en 2023 cuando las interacciones sociales se normalizaron y el uso de mascarillas disminuyó. Patalon sugiere que posibles cambios en el virus podrían estar implicados, una tarea que corresponde investigar al Ministerio de Sanidad.
KSM se encuentra analizando los efectos del virus en mujeres y niños, dos grupos particularmente vulnerables. La preocupación se centra especialmente en las mujeres embarazadas, ya que solo la mitad ha sido expuesta al parvovirus desde la niñez, haciéndolas más susceptibles a complicaciones durante el primer y segundo trimestre del embarazo. No obstante, Patalon enfatiza que el propósito de divulgar esta información no es causar alarma, sino aumentar la conciencia entre los profesionales de la salud para que estén atentos a la presencia del virus y realicen diagnósticos oportunos mediante análisis de sangre serológicos.
En cuanto a las mujeres embarazadas, Patalon asegura que aunque el riesgo de complicaciones existe, solo un 10% de los embarazos afectados por el virus resultarán en complicaciones graves, y de estos, solo unos pocos sufrirán pérdida fetal. Este mensaje busca equilibrar la alerta con una perspectiva calmada, reduciendo el estrés y la ansiedad en las futuras madres.