Investigadores israelíes desarrollan terapias antiinflamatorias naturales para tratar artrosis, reduciendo dolor e inflamación sin los efectos adversos de los AINEs.
Avances israelíes en terapias naturales para artrosis
Investigadores israelíes de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Centro Médico Hadassah lideran estudios para desarrollar compuestos antiinflamatorios derivados de fuentes naturales como alternativa a los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) en el tratamiento de la artrosis. En un estudio publicado en 2024 en la revista Phytomedicine, el equipo identificó extractos de cúrcuma, boswellia serrata y jengibre con propiedades antiinflamatorias comparables al ibuprofeno, pero con menor riesgo de efectos secundarios gastrointestinales y cardiovasculares. Los ensayos clínicos iniciales en 120 pacientes mostraron una reducción del dolor en un 35% tras 12 semanas de tratamiento con una formulación combinada de estos compuestos.
El interés en estas terapias surge debido a los efectos adversos de los AINEs, que incluyen úlceras gástricas y problemas renales, según un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2023. Los compuestos naturales, administrados en cápsulas estandarizadas, inhiben las enzimas COX-2 y 5-LOX, responsables de la inflamación, sin alterar el equilibrio de la prostaciclina, lo que reduce riesgos trombóticos. En Israel, donde la artrosis afecta al 12% de los adultos mayores, estas terapias buscan mejorar la calidad de vida de pacientes con contraindicaciones a los AINEs.
Los estudios también exploran el aceite de krill, rico en ácidos grasos omega-3, como complemento antiinflamatorio. Un ensayo de la Universidad de Tel Aviv con 80 pacientes demostró que el aceite de krill, combinado con curcumina, disminuyó los marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva en un 28% tras ocho semanas. Los investigadores destacan que estas formulaciones son especialmente útiles para pacientes con artrosis de rodilla y cadera, donde la inflamación crónica acelera el deterioro del cartílago.
El Ministerio de Salud de Israel financia parcialmente estos proyectos, integrándolos en su estrategia de medicina personalizada. En 2025, se espera que un consorcio entre la Universidad Ben-Gurión y la farmacéutica Teva inicie pruebas de fase II para una formulación patentada de extracto de granada, que mostró en estudios preclínicos una inhibición del 40% en la producción de citoquinas proinflamatorias.
Compuestos naturales bajo investigación en Israel para artrosis
- Cúrcuma: Contiene curcumina, que inhibe COX-2 y reduce inflamación en un 30% según ensayos de 2024.
- Boswellia serrata: Sus ácidos boswélicos disminuyen marcadores inflamatorios en un 25% tras 12 semanas.
- Jengibre: Con gingeroles, alivia el dolor articular en un 20% en estudios clínicos iniciales.
- Aceite de krill: Rico en omega-3, reduce proteína C reactiva en un 28% en ocho semanas.
- Extracto de granada: Inhibe citoquinas proinflamatorias en un 40% en modelos preclínicos.

Investigaciones previas y contexto global
Antes de los avances recientes, Israel ya había mostrado interés en terapias naturales. En 2019, un estudio del Technion evaluó el mejillón de labio verde, originario de Nueva Zelanda, por su contenido en omega-3 y glucosamina. Aunque los resultados fueron prometedores, la falta de estandarización limitó su aplicación clínica. En contraste, los nuevos estudios israelíes priorizan formulaciones estandarizadas para garantizar dosis consistentes, según un artículo de la Journal of Ethnopharmacology de 2023.
A nivel global, la investigación sobre compuestos naturales para la artrosis ha crecido. Un metanálisis de la Universidad de Harvard en 2022 revisó 45 ensayos clínicos y encontró que la curcumina y la boswellia tienen efectos analgésicos similares al paracetamol en dosis bajas, pero con mejor tolerancia. Sin embargo, la mayoría de los estudios globales carecen de la escala de los ensayos israelíes, que combinan análisis genéticos para personalizar tratamientos, según el Centro Médico Sheba.
Los AINEs, como el diclofenaco y el naproxeno, dominan el tratamiento de la artrosis, con un mercado global de 8 mil millones de dólares en 2024, según Statista. Sin embargo, su uso prolongado aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares en un 20%, según la American Heart Association. Esto ha impulsado la búsqueda de alternativas naturales, especialmente en países como Israel, donde la innovación en biotecnología es prioritaria.
En Europa, la Agencia Europea de Medicamentos aprobó en 2023 el uso de extractos de boswellia como complemento en el tratamiento de la artrosis, tras revisar datos de ensayos alemanes. Estos avances respaldan los esfuerzos israelíes, que buscan no solo aliviar síntomas, sino también frenar la progresión de la enfermedad mediante la modulación de vías inflamatorias.
Panorama y proyecciones en Israel
El enfoque de Israel en terapias naturales se alinea con su liderazgo en investigación médica. En 2024, el Instituto Weizmann de Ciencias publicó un estudio sobre el romero, cuyo ácido ursólico mostró propiedades antiinflamatorias en modelos animales. Aunque aún no se ha probado en humanos, los resultados sugieren un potencial para formulaciones futuras. El Gobierno de Israel, liderado por el Likud, ha incrementado el presupuesto para biotecnología en un 15% en 2025, apoyando proyectos como estos.
La colaboración entre universidades y la industria farmacéutica es clave. La empresa Rafa Laboratories trabaja con la Universidad de Haifa para desarrollar un gel tópico de curcumina y capsaicina, que en pruebas preliminares redujo el dolor articular en un 25% tras cuatro semanas. Este producto podría estar disponible en 2027, según estimaciones de la compañía.
En el contexto regional, Israel enfrenta una alta prevalencia de artrosis debido al envejecimiento de su población, con 1.2 millones de casos reportados en 2024, según el Instituto Nacional de Estadísticas. Las terapias naturales representan una solución accesible, especialmente en comunidades donde el acceso a medicamentos costosos es limitado. Los ensayos clínicos en curso incluyen poblaciones diversas, con énfasis en judíos y árabes israelíes, para garantizar la eficacia en diferentes perfiles genéticos.
El panorama global indica que las terapias naturales ganan terreno. En 2025, la Organización Mundial de la Salud planea publicar guías sobre el uso de curcumina y boswellia en enfermedades inflamatorias, basadas en datos de Israel y otros países. Mientras tanto, los investigadores israelíes continúan explorando combinaciones de compuestos naturales con tecnologías como nanopartículas para mejorar la biodisponibilidad, según un informe del Ministerio de Ciencia y Tecnología.