La NASA pondrá en órbita en 2026 el primer telescopio espacial israelí, que escaneará el universo en busca de eventos como la colisión o la explosión de estrellas, según informó el martes el Instituto Weizmann de Ciencia en un comunicado.
El Satélite de Astronomía Transitoria Ultravioleta, o ULTRASAT, será transportado al espacio a bordo de un cohete lanzador de la NASA. La misión es un proyecto puntero de la Agencia Espacial Israelí y el Instituto Weizmann de Ciencias y forma parte de una asociación recientemente firmada entre la organización espacial estadounidense y el Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología de Israel, que dirige la ASI.
Se espera que ULTRASAT “revolucione la capacidad de los científicos para detectar y analizar fenómenos transitorios en el universo, como fusiones de estrellas de neutrones y explosiones de supernovas”, afirma el comunicado. Su campo de visión particularmente amplio “representa un salto de 100 veces en el volumen extragaláctico accesible a los científicos para el descubrimiento de fuentes transitorias, en comparación con los observatorios en la Tierra”.
Ello mejorará la investigación de objetos astronómicos como supernovas, estrellas variables y fulgurantes, galaxias activas, el origen de las ondas gravitatorias y la acreción de estrellas por agujeros traseros masivos, añade el comunicado.
La construcción de ULTRASAT costará unos 90 millones de dólares en total.
El profesor Eli Waxman, astrofísico del Instituto Weizmann de Ciencias e investigador principal de ULTRASAT, lo calificó de “proyecto innovador que sitúa a Israel en la vanguardia de la investigación mundial”.
El telescopio también realizará mediciones de la luz ultravioleta que no pueden realizarse desde la superficie de la Tierra y proporcionará alertas en tiempo real sobre sucesos transitorios en el espacio, es decir, aquellos que tienen lugar en una escala temporal relativamente corta de hasta unos pocos años, en lugar de miles de millones de años.
Los científicos esperan utilizar las capacidades de ULTRASAT para conocer mejor el origen de los elementos pesados y el impacto de los agujeros negros gigantes en su entorno.
La NASA seguirá colaborando en el proyecto después del lanzamiento del telescopio desde el Centro Espacial Kennedy. El telescopio se situará en una órbita geoestacionaria que se ajustará a la rotación de la Tierra, manteniéndolo a miles de kilómetros sobre el mismo punto de la superficie del planeta.
“La ciencia revolucionaria exige tecnología punta”, declaró Uri Oron, director de la Agencia Espacial de Israel, y señaló que las capacidades del telescopio están a la “vanguardia de los avances tecnológicos”.
El satélite será construido por la división espacial de las Industrias Aeroespaciales de Israel, que también supervisará la misión tras el lanzamiento. El telescopio será construido por Elbit Systems Electro-Optics.
El Dr. Mark Clampin, director de la División de Astrofísica de la sede central de la NASA, declaró que “estamos orgullosos de unirnos a esta asociación, un esfuerzo internacional que nos ayudará a comprender mejor los misterios del universo caliente y transitorio”.
Más allá de la investigación científica, se espera que el telescopio demuestre la viabilidad de los satélites asequibles de bajo coste y “allane el camino a las futuras iniciativas espaciales de Israel”, según el comunicado.