Nano-Drops de Bar-Ilan y Shaare Zedek corrigen miopía e hipermetropía con láser y nanopartículas, con ensayos clínicos previstos para 2025.
Nano-Drops revolucionan corrección refractiva en Israel
Investigadores de la Universidad Bar-Ilan y el Centro Médico Shaare Zedek en Jerusalén desarrollaron en 2019 una tecnología innovadora llamada Nano-Drops, diseñada para corregir errores refractivos como miopía, hipermetropía y astigmatismo. Este avance, liderado por el oftalmólogo Dr. David Smadja, el profesor Zeev Zalvehículos eléctricosky y el profesor Jean-Paul Moshe Lellouche, utiliza nanopartículas biocompatibles aplicadas con un láser de baja intensidad para modificar el índice de refracción de la córnea. En ensayos preclínicos realizados en córneas de cerdos, el sistema logró corregir hasta 3 dioptrías de hipermetropía y 2.5 dioptrías de miopía, mostrando resultados prometedores para su aplicación en humanos.
El proceso de aplicación de Nano-Drops consta de tres pasos. Primero, una aplicación de smartphone mide la refracción del ojo del paciente. Luego, un dispositivo láser, que puede conectarse al teléfono, estampa un patrón óptico personalizado en la capa superior de la córnea en milisegundos. Finalmente, las gotas con nanopartículas de proteínas sintéticas se aplican para activar el patrón, ajustando la trayectoria de la luz que pasa a través de la córnea. A diferencia de las cirugías láser tradicionales, este método no elimina tejido corneal, lo que lo hace no invasivo y apto para una amplia gama de pacientes.
En 2018, los investigadores presentaron los primeros resultados en el segundo día de investigación bienal de Shaare Zedek, destacando el potencial de Nano-Drops para eliminar la necesidad de gafas o lentes de contacto. La tecnología, patentada por Birad, la entidad de comercialización de la Universidad Bar-Ilan, atrajo el interés de inversores, recaudando $1 millón en 2019 para financiar pruebas adicionales en animales, específicamente en conejos, antes de avanzar a ensayos clínicos en humanos.
Los ensayos clínicos en humanos, inicialmente previstos para 2020, se retrasaron debido a la necesidad de pruebas adicionales y mejoras en la duración del efecto correctivo, que en experimentos con cerdos duró aproximadamente dos horas. Los investigadores estiman que los ensayos comenzarán en 2025, con el objetivo de abordar problemas como la duración del efecto y la seguridad a largo plazo. Si tienen éxito, Nano-Drops podría beneficiar al 40% de los pacientes con errores refractivos, según proyecciones basadas en el mercado global de corrección visual, que se espera alcance los $167 mil millones en 2026.
Datos clave sobre Nano-Drops y su impacto
- Corrección alcanzada: 3 dioptrías para hipermetropía y 2.5 para miopía en ensayos preclínicos.
- Tiempo de aplicación: El estampado láser toma milisegundos, sin dolor ni eliminación de tejido.
- Proyección de mercado: Podría reducir la dependencia de gafas en el 40% de los pacientes.
- Próximos pasos: Ensayos clínicos en humanos programados para 2025.
- Inversión: $1 millón recaudado en 2019 para investigación y desarrollo.
Avances preclínicos y proyecciones para 2025
Los ensayos preclínicos realizados en córneas de cerdos demostraron que Nano-Drops puede corregir errores refractivos al modificar el índice de refracción corneal sin dañar el tejido. Los cerdos fueron seleccionados por la similitud de su sistema óptico con el humano. Dr. Smadja explicó que el método es comparable a “escribir con combustible en el suelo, dejarlo secar y luego encenderlo para que el fuego tome la forma deseada”. Las gotas activan el patrón óptico creado por el láser, permitiendo un ajuste preciso de la visión.
En 2019, la tecnología fue reconocida como uno de los 12 avances revolucionarios para la salud ocular por la Canadian Shaare Zedek Hospital Foundation. Sin embargo, los investigadores identificaron limitaciones, como la corta duración del efecto correctivo en los ensayos iniciales. Para abordar esto, el equipo planea realizar pruebas en conejos vivos en 2023 y 2024, enfocándose en optimizar la formulación de las nanopartículas y la estabilidad del efecto óptico.
La inversión de $1 millón permitió la creación de una empresa biotecnológica para comercializar Nano-Drops. Steve Elbaz, cofundador y director de negocios, señaló que el objetivo es llevar el producto al mercado tras los ensayos clínicos de 2025. Los investigadores también trabajan en un dispositivo láser portátil que podría integrarse con smartphones, permitiendo a los pacientes realizar correcciones en casa, lo que reduciría los costos asociados con consultas oftalmológicas.
El impacto potencial de Nano-Drops se extiende más allá de la comodidad. La tecnología podría beneficiar a poblaciones en regiones con acceso limitado a cirugías láser o lentes correctivos, ofreciendo una solución accesible y no invasiva. La Universidad Bar-Ilan y Shaare Zedek continúan colaborando para garantizar que el producto cumpla con los estándares internacionales de seguridad y eficacia antes de su lanzamiento.
Contexto global de la corrección visual

Los errores refractivos afectan a más de 2.600 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. La miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbyopia representan las principales causas de discapacidad visual corregible. Actualmente, las soluciones más comunes incluyen gafas, lentes de contacto y cirugías láser como LASIK, que pueden ser costosas o no aptas para todos los pacientes debido a condiciones corneales o riesgos quirúrgicos.
Nano-Drops se distingue por su enfoque no invasivo y su potencial para personalizar correcciones a través de una aplicación móvil. A diferencia de LASIK, que elimina tejido corneal permanentemente, Nano-Drops ofrece una corrección reversible, lo que podría atraer a pacientes reacios a procedimientos quirúrgicos. Además, el sistema podría adaptarse a cambios en la prescripción visual, un problema común en pacientes con presbyopia o miopía progresiva.
El desarrollo de Nano-Drops refleja el liderazgo de Israel en innovación médica. El país, conocido por su ecosistema de startups tecnológicas, invierte aproximadamente el 4.9% de su PIB en investigación y desarrollo, según datos de UNESCO. Instituciones como Bar-Ilan y Shaare Zedek han contribuido a avances en campos como la nanotecnología y la oftalmología, consolidando la reputación de Israel como un centro de innovación global.
Otros países, como Estados Unidos y China, también investigan soluciones basadas en nanotecnología para la corrección visual, pero Nano-Drops destaca por su integración con dispositivos móviles y su enfoque en la accesibilidad. Si los ensayos clínicos de 2025 confirman su eficacia, Israel podría liderar una transformación en la industria oftalmológica, ofreciendo una alternativa viable a las soluciones tradicionales de corrección visual.