Empresas como SupPlant integran IA en sensores para medir humedad, nutrientes y salinidad, mejorando rendimientos y reduciendo recursos en agricultura.
Sensores israelíes transforman la agricultura de precisión
SupPlant, una empresa israelí, ha desarrollado sensores avanzados que monitorean en tiempo real la humedad, nutrientes y salinidad del suelo. Estos dispositivos, integrados con inteligencia artificial, recopilan datos precisos sobre las condiciones del suelo y las necesidades de los cultivos. La tecnología genera recomendaciones específicas para riego y fertilización, lo que permite a los agricultores optimizar recursos y mejorar la salud del suelo. Según datos de la compañía, los rendimientos agrícolas han aumentado entre un 5% y 15% en cultivos que utilizan estos sistemas, especialmente en suelos heterogéneos donde las condiciones varían significativamente.
Los sensores de SupPlant se instalan directamente en el suelo, midiendo parámetros clave a diferentes profundidades. Los datos se transmiten a una plataforma en la nube que utiliza algoritmos de IA para analizar la información y ofrecer soluciones personalizadas. Por ejemplo, en una plantación de cítricos en Israel, el sistema detectó niveles bajos de humedad en una sección específica del terreno y recomendó un riego focalizado, reduciendo el consumo de agua en un 20% sin afectar la producción. Esta capacidad de respuesta inmediata distingue a la tecnología israelí en el mercado global de agricultura de precisión.
Otra empresa destacada, Grofit, también originaria de Israel, ha implementado sensores IoT en invernaderos de Europa y América Latina. Su dispositivo, la cápsula Grofit, mide no solo las propiedades del suelo, sino también parámetros climáticos como temperatura y radiación. En un proyecto en Almería, España, los sensores de Grofit permitieron a los agricultores ajustar la conductividad eléctrica del suelo, mejorando la absorción de nutrientes en cultivos de tomate y aumentando la producción en un 10%. Estas innovaciones refuerzan la posición de Israel como líder en tecnologías agrícolas sostenibles.
El desarrollo de estos sensores responde a la necesidad de enfrentar desafíos globales como el aumento de la población y la escasez de recursos hídricos. La Organización de las Naciones Unidas proyecta que la población mundial alcanzará los 10,000 millones para 2050, lo que incrementará la demanda de alimentos en un 50%. Los sistemas de monitoreo del suelo, como los de SupPlant y Grofit, permiten a los agricultores maximizar la eficiencia en el uso de agua y fertilizantes, reduciendo el impacto ambiental y los costos de producción.
Datos clave sobre sensores de suelo israelíes
- SupPlant: Sensores con IA que miden humedad, nutrientes y salinidad en tiempo real.
- Grofit: Cápsula IoT que monitorea suelo y clima, implementada en Europa y América Latina.
- Rendimientos: Incrementos de 5-15% en cultivos con sensores de precisión.
- Ahorro de agua: Reducción de hasta 20% en consumo de agua en plantaciones.
- Proyección ONU: Demanda de alimentos aumentará 50% para 2050.
Tecnología israelí impulsa la sostenibilidad agrícola

Israel ha invertido significativamente en investigación y desarrollo para abordar los desafíos agrícolas. El país destina aproximadamente el 4.3% de su PIB a I+D, una de las tasas más altas del mundo, según el Banco Mundial. Este enfoque ha permitido a empresas como SupPlant y Grofit crear tecnologías que no solo benefician a los agricultores locales, sino que también se exportan a mercados internacionales. En regiones como India y México, donde la variabilidad del suelo es un obstáculo, los sensores israelíes han optimizado el manejo de cultivos de maíz y aguacate, respectivamente, con resultados verificables en la productividad.
La integración de inteligencia artificial en estos dispositivos es un factor clave. Los algoritmos analizan datos históricos y en tiempo real, identificando patrones que los métodos tradicionales no detectan. Por ejemplo, en un viñedo en California, los sensores de SupPlant identificaron un exceso de salinidad en el suelo, recomendando ajustes en el riego que preservaron la calidad de las uvas. Este nivel de precisión reduce el riesgo de sobrefertilización, un problema que afecta al 30% de los suelos agrícolas a nivel global, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Además de los beneficios económicos, los sensores contribuyen a la sostenibilidad ambiental. La agricultura consume aproximadamente el 70% del agua dulce disponible en el mundo, según la FAO. Tecnologías como las de SupPlant ayudan a disminuir esta cifra al optimizar el riego en función de las necesidades reales de los cultivos. En un proyecto piloto en Brasil, el uso de estos sensores redujo el consumo de agua en un 15% en cultivos de soja, manteniendo los niveles de producción.
El impacto de estas tecnologías también se refleja en la reducción de emisiones de carbono. Al minimizar el uso de fertilizantes químicos y optimizar el riego, los sensores disminuyen la huella de carbono de las operaciones agrícolas. Un estudio de la Universidad de Tel Aviv estimó que las tecnologías de agricultura de precisión pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10-20% en explotaciones que adoptan estas soluciones.
Contexto global y adopción de sensores de suelo
La adopción de sensores de suelo no está exenta de desafíos. El costo inicial de los dispositivos y la necesidad de infraestructura digital en zonas rurales son barreras para pequeños agricultores. En África subsahariana, por ejemplo, solo el 20% de las explotaciones agrícolas tiene acceso a tecnologías de precisión, según un informe de la Unión Africana. Sin embargo, empresas israelíes están trabajando en soluciones asequibles, como sensores de bajo costo que no requieren mantenimiento, para ampliar su alcance.
En el contexto global, otros países han comenzado a desarrollar tecnologías similares, pero Israel mantiene una ventaja competitiva debido a su experiencia en entornos áridos. Desde la fundación del estado en 1948, Israel ha enfrentado la necesidad de cultivar en suelos desérticos, lo que impulsó innovaciones como el riego por goteo en la década de 1960. Los sensores de suelo son una evolución de esta tradición, adaptada a las demandas del siglo XXI.
Empresas como Cropx, también de origen israelí, complementan el panorama con sistemas que integran sensores IoT y plataformas de gestión agrícola. En Australia, Cropx implementó sensores en cultivos de trigo, permitiendo a los agricultores monitorear la humedad del suelo en tiempo real y reducir el uso de agua en un 25%. Estos casos demuestran la escalabilidad de las soluciones israelíes en diferentes climas y tipos de suelo.
La colaboración internacional también juega un papel importante. Israel ha establecido acuerdos con países como India y Brasil para transferir tecnología y capacitar a agricultores en el uso de sensores. En 2023, un programa conjunto entre SupPlant y el gobierno indio permitió instalar sensores en 1,000 hectáreas de cultivos de arroz, mejorando la productividad en un 12%. Estas iniciativas refuerzan la influencia de Israel en la agricultura global y su compromiso con la seguridad alimentaria.