Israel reutiliza el 90% de aguas residuales tratadas, nutre suelos y reduce fertilizantes sintéticos.
Israel lidera la reutilización de aguas residuales para riego
Israel recicla aproximadamente el 90% de sus aguas residuales, un logro que lo posiciona como líder mundial en la gestión hídrica sostenible. Este proceso transforma aguas residuales tratadas en un recurso clave para la agricultura, enriqueciendo suelos y reduciendo la dependencia de fertilizantes sintéticos. En el complejo Shafdan, el mayor centro de tratamiento de aguas residuales del país, se procesan millones de metros cúbicos de agua que luego se destinan al riego de cultivos en regiones como el desierto del Néguev. Este sistema no solo aborda la escasez hídrica, sino que mejora la fertilidad del suelo al aportar nutrientes esenciales como nitrógeno y fósforo.
El tratamiento de aguas residuales en Israel sigue estándares rigurosos establecidos por la Autoridad del Agua de Israel. Las plantas de tratamiento emplean tecnologías avanzadas, como biorreactores de membrana y desinfección ultravioleta, para eliminar contaminantes y garantizar la seguridad del agua reutilizada. En 2023, el país trató cerca de 650 millones de metros cúbicos de aguas residuales, de los cuales el 85% se destinó a la agricultura. Este enfoque permite liberar recursos de agua potable para otros usos y mitigar los efectos de sequías recurrentes.
La reutilización de aguas residuales comenzó en Israel en la década de 1980, cuando el país enfrentó una creciente demanda hídrica debido al aumento poblacional y la actividad agrícola. Desde entonces, la inversión en infraestructura y tecnología ha permitido expandir el sistema de reciclaje de agua. El gobierno implementó políticas que incentivaron la adopción de riego por goteo, una técnica inventada en Israel en 1959, que maximiza la eficiencia del agua reciclada en los cultivos.
El impacto de estas aguas tratadas en la fertilidad del suelo es significativo. Estudios realizados por la Universidad Hebrea de Jerusalén muestran que el agua reciclada aporta materia orgánica y nutrientes que mejoran la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua. Esto reduce la necesidad de fertilizantes químicos en un 20-30% en algunas regiones, disminuyendo costos para los agricultores y el impacto ambiental.
Aguas recicladas impulsan la economía circular en Israel
La reutilización de aguas residuales en Israel es un pilar de la economía circular. Al recuperar nutrientes del agua tratada, los agricultores aplican técnicas de ferti-irrigación que integran el riego con la fertilización. Este método permite un uso eficiente de recursos, ya que los nutrientes presentes en el agua reciclada, como el potasio, se incorporan directamente a los cultivos. En regiones como el Valle de Jezreel, los suelos irrigados con agua reciclada muestran un aumento del 15% en la productividad agrícola en comparación con suelos tratados con fertilizantes sintéticos.
El modelo israelí ha atraído la atención internacional. Países como España, Portugal y Chile han estudiado las prácticas de Israel para implementar sistemas similares. En 2019, el Banco Interamericano de Desarrollo destacó el enfoque de Israel como un ejemplo para América Latina, donde la reutilización de agua podría aliviar la presión sobre los recursos hídricos en zonas áridas. La colaboración con instituciones como el Banco Mundial ha permitido exportar tecnologías de tratamiento de agua a regiones con desafíos hídricos.
Las regulaciones en Israel son estrictas para garantizar la seguridad del agua reciclada. El Ministerio de Salud establece límites para contaminantes como metales pesados y patógenos, mientras que la Autoridad del Agua supervisa la calidad del agua en cada etapa del proceso. Estas normas se alinean con estándares internacionales, como la ISO 16075, que regula la reutilización de aguas residuales para riego. En 2023, Israel actualizó sus protocolos para incluir monitoreo en tiempo real de la calidad del agua, reduciendo riesgos para la salud humana y el medioambiente.
La infraestructura de tratamiento en Israel es un componente crítico de este éxito. Plantas como Shafdan y Sorek combinan procesos de tratamiento secundario y terciario, incluyendo filtración y desinfección avanzada. Estas instalaciones procesan aguas residuales urbanas e industriales, asegurando que el agua reciclada cumpla con los requisitos para uso agrícola. En 2022, el gobierno invirtió 200 millones de dólares en la modernización de estas plantas para aumentar su capacidad.
Datos clave sobre la reutilización de aguas residuales en Israel

- Volumen tratado: 650 millones de metros cúbicos de aguas residuales procesadas anualmente.
- Uso agrícola: 85% del agua reciclada se destina al riego de cultivos.
- Reducción de fertilizantes: Disminución del 20-30% en el uso de fertilizantes sintéticos.
- Estándares de calidad: Cumple con la norma ISO 16075 y regulaciones del Ministerio de Salud.
- Inversión reciente: 200 millones de dólares en modernización de plantas de tratamiento en 2022.
Expansión del modelo israelí y desafíos futuros
El sistema de reutilización de aguas residuales en Israel ha permitido expandir las áreas cultivables, especialmente en el desierto del Néguev, donde la agricultura intensiva ha transformado paisajes áridos en tierras productivas. En 2022, el Ministerio de Agricultura reportó que el 50% de los cultivos en esta región dependen de agua reciclada. Este avance ha generado miles de empleos y ha fortalecido la seguridad alimentaria del país.
La innovación tecnológica es un pilar del modelo israelí. Empresas como Netafim, pionera en riego por goteo, y Fluence, especializada en tratamiento de aguas, han desarrollado soluciones que optimizan el uso de agua reciclada. Estas tecnologías se exportan a más de 100 países, generando ingresos significativos para la economía israelí. En 2023, el sector de tecnologías del agua representó el 2% del PIB nacional.
A pesar de estos logros, Israel enfrenta desafíos. El aumento de la población y la urbanización incrementan la demanda de agua, lo que requiere una mayor capacidad de tratamiento. Además, el cambio climático intensifica las sequías, lo que exige una gestión aún más eficiente de los recursos hídricos. El gobierno planea invertir 500 millones de dólares en los próximos cinco años para expandir la infraestructura de reciclaje de agua y mejorar la resiliencia hídrica.
La experiencia de Israel demuestra que la reutilización de aguas residuales puede ser una solución viable para la escasez hídrica y la sostenibilidad agrícola. Países con climas áridos o recursos hídricos limitados observan el modelo israelí como un referente. En 2024, Israel firmó acuerdos con Jordania y Egipto para compartir conocimientos y tecnologías de tratamiento de agua, fortaleciendo la cooperación regional en la gestión hídrica.
Contexto global de la reutilización de aguas residuales
En el contexto global, la reutilización de aguas residuales es una práctica en crecimiento. La Organización de las Naciones Unidas estima que solo el 11% de las aguas residuales tratadas se reutilizan a nivel mundial. Países como España, que recicla el 12% de sus aguas residuales, y Estados Unidos, con un 8%, están lejos de los niveles alcanzados por Israel. La Unión Europea implementó en 2020 el Reglamento 2020/741, que establece requisitos mínimos para la reutilización de agua en la agricultura, pero su adopción sigue siendo limitada.
El reciclaje de agua enfrenta barreras como la percepción pública negativa y los costos iniciales de infraestructura. En Israel, campañas de educación ciudadana han aumentado la aceptación del uso de agua reciclada, mientras que los incentivos gubernamentales han reducido los costos para los agricultores. Estas estrategias han sido clave para el éxito del modelo.
Organismos internacionales, como la FAO, promueven la reutilización de aguas residuales como una herramienta para combatir la escasez hídrica y mejorar la seguridad alimentaria. En regiones como el Oriente Medio y el norte de África, donde los recursos hídricos son escasos, el enfoque de Israel ofrece un modelo replicable. La colaboración con socios internacionales continúa expandiendo el impacto de estas prácticas.
El caso de Israel destaca por su capacidad para integrar políticas públicas, innovación tecnológica y regulaciones estrictas. Este enfoque ha permitido al país no solo superar sus limitaciones hídricas, sino también establecerse como un referente global en la gestión sostenible del agua y la agricultura.