Israel y EE. UU. invertirán $200 millones en un centro científico para IA y cuántica, con el objetivo de promover la cooperación con países del Golfo.
Avance estratégico en IA y computación cuántica
Israel y Estados Unidos desarrollan un centro científico conjunto con una inversión de $200 millones para investigación en inteligencia artificial y computación cuántica. El proyecto, liderado por Tamir Hayman del INSS y Smadar Itzkovich del AIQ-Lab, busca establecer sedes en Tel Aviv y Arlington, Virginia. Cada país aportará $20 millones anuales desde 2026 hasta 2030 para financiar proyectos en ciberseguridad, medicina, genética y seguridad hídrica.
La iniciativa responde a la necesidad de Israel de competir en la carrera global por tecnologías de próxima generación. Países como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita han anunciado grandes inversiones en IA, con el primero que lanzó un campus de IA junto a EE. UU. y el segundo que planea un fondo de $40 mil millones. El centro tiene como objetivo contrarrestar la influencia de China en estas tecnologías.
El proyecto también fomenta la diplomacia tecnológica con países de los Acuerdos de Abraham, como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos, y prevé la inclusión de naciones de Asia Central como Azerbaiyán, Kazajstán y Uzbekistán. La colaboración se ampliará a Arabia Saudita, Qatar y Kuwait para reforzar la cooperación regional.
La iniciativa se ejecutará mediante una orden ejecutiva presidencial de Donald Trump o un proceso legislativo. El centro tiene como propósito generar avances científicos y aportar estabilidad regional frente a amenazas como el eje Irán-China–Rusia, según declaraciones de Itzkovich.
Claves del centro científico conjunto
- Inversión total de $200 millones entre 2026 y 2030.
- Sedes en Tel Aviv y Arlington, Virginia, destinadas a investigación.
- Proyectos en ciberseguridad, medicina, genética y seguridad hídrica.
- Colaboración con países del Golfo y Asia Central.
Contexto regional y competencia tecnológica
Israel enfrenta desafíos para conservar su competitividad en IA y computación cuántica. A pesar de contar con 2.300 startups de IA que han recaudado $15.000 millones en la última década, según Startup Nation Central, la nación aún no dispone de la infraestructura necesaria, como potencia informática y chips. Esta situación contrasta con las inversiones masivas de países del Golfo, que intentan convertirse en centros globales de conocimiento.
La computación cuántica emplea qubits para procesar datos a una velocidad exponencialmente mayor que las computadoras clásicas. Más de 20 países, con liderazgo de China y EE. UU., han lanzado iniciativas cuánticas nacionales con inversiones multimillonarias, según Earth & Beyond Ventures y Deloitte Catalyst. Israel alberga nueve startups cuánticas que han recaudado $650 millones.
El centro también responde a preocupaciones de seguridad nacional. Las tecnologías de IA y cuántica tienen un uso dual, con aplicaciones en defensa, economía y ciencia. Itzkovich explicó que el proyecto pretende contrarrestar estrategias de Irán, que emplea IA con el fin de fortalecer sus capacidades militares mediante proxies en Irak, Siria y Yemen.
Los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020, facilitaron la normalización de relaciones entre Israel y países como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos. La reciente guerra de 12 días contra Irán concluyó con un alto el fuego, lo que abrió oportunidades para una cooperación regional más amplia, según expertos.
Impacto global y liderazgo tecnológico
La competencia global en IA y computación cuántica se intensifica, con gigantes como Amazon, Google, IBM e Intel que destinan recursos al desarrollo de computadoras cuánticas viables. Estas tecnologías son fundamentales para avances en criptografía, descubrimiento de fármacos y logística. Israel, que cuenta con centros de I+D de empresas como Nvidia, busca conservar su relevancia.
El centro científico conjunto fortalecerá la posición de EE. UU. e Israel frente a China, que progresa con rapidez en hardware y software cuántico. Itzkovich indicó que se requieren asociaciones internacionales para preservar el liderazgo en estas áreas. El proyecto también tiene como objetivo expandir los Acuerdos de Abraham mediante la diplomacia tecnológica.
Israel posee una base sólida en IA, con 2.300 startups y más de 30 centros de I+D de semiconductores. Sin embargo, la escasa inversión en infraestructura limita su capacidad para competir con países que disponen de mayores recursos. El centro conjunto tiene como propósito abordar esta brecha mediante la colaboración con EE. UU.
La iniciativa también tiene como fin fomentar la seguridad alimentaria y hídrica en entornos áridos, un desafío compartido con los países del Golfo. Los proyectos conjuntos en estas áreas aprovecharán la experiencia de Israel en tecnología aplicada a la agricultura y la gestión de recursos hídricos.