La inoculación “Coronavac” fue una de las primeras vacunas contra el coronavirus que surgieron tras el inicio de la pandemia. Fue creada por el gigante biofarmacéutico chino Sinovac. Se fabricó a partir de células víricas inactivadas y es menos sofisticada y eficaz que las vacunas de Pfizer y Moderna. Aun así, ha reducido en gran medida las hospitalizaciones y las muertes en China. Además, es una de las vacunas más utilizadas en el mundo; se han exportado 2.300 millones de dosis de la vacuna, sobre todo al mundo en desarrollo. Más del 80% de todos los ciudadanos chinos han recibido una o ambas dosis, lo que ha contribuido a la bajísima tasa de mortalidad relacionada con el coronavirus en el país.
Aunque la vacuna ha demostrado ser ampliamente eficaz contra las variantes normales del virus, un estudio realizado por la Universidad de Hong Kong (UHK) reveló el martes que dos dosis no eran suficientes para combatir la variante “Ómicron”, cada vez más preocupante, que apareció por primera vez en Sudáfrica el mes pasado y se ha extendido desde entonces por todo el mundo.
El estudio de Hong Kong reveló que, de veinticinco personas vacunadas con dos inyecciones de Sinovac, ninguna de ellas tenía los anticuerpos necesarios en su sangre para prevenir la infección de Ómicron, según un comunicado de los investigadores, que calificaron la vacuna Sinovac de “inadecuada” contra la variante.
En respuesta a esta afirmación, Sinovac afirmó que había realizado un estudio similar el miércoles, insistiendo en que de veinte personas con dos vacunas que había probado, siete tenían anticuerpos suficientes para bloquear a Ómicron, una tasa de éxito del 35%.
Aunque esta cifra sigue siendo muy baja, el gigante farmacéutico también afirmó que su investigación demostró que la tasa de éxito aumentaba al 94% una vez aplicada una inyección de refuerzo de Sinovac. El estudio de la UHK no examinó a los sujetos que habían recibido vacunas de refuerzo.
Ninguna de las investigaciones de Sinovac sobre la eficacia de sus vacunas contra Ómicron se ha hecho pública, y el pequeño tamaño de las muestras utilizadas tanto en el estudio de Sinovac como en el de la UHK deja un margen de error significativo. Tampoco está claro si en el estudio de Sinovac se controlaron otros factores, como la edad y el estado de salud general.
Ómicron ha suscitado preocupación en todo el mundo después de que los estudios hayan demostrado que es hasta cuatro veces más transmisible que el virus coronavirus original que hizo que el mundo se bloqueara a principios de 2020. Ha llevado a los gobiernos de todo el mundo, especialmente de los países desarrollados, a presionar a sus ciudadanos para que reciban vacunas de refuerzo, un tema controvertido, ya que gran parte del mundo sigue sin vacunarse y las organizaciones sanitarias internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, han presionado a los países desarrollados para que donen las reservas de vacunas a las naciones más pobres en lugar de acapararlas para su uso como refuerzo.