Hay una serie de obstáculos importantes para la adopción generalizada de los vehículos eléctricos. Los autos eléctricos son caros, la infraestructura de recarga está subdesarrollada, la ansiedad por la autonomía está muy extendida y es válida, y a mucha gente le encantan sus vehículos que consumen mucha gasolina, al margen del Ford F-150 Lightning. Pero Estados Unidos está decidido a superar estas barreras. El 5 de agosto, el gobierno de Biden anunció su intención de conseguir que en 2030 el 50 % de las ventas de vehículos nuevos sean vehículos eléctricos. Parte de la motivación de este objetivo es el deseo de seguir siendo competitivos frente a China, que actualmente amenaza con dominar el mercado de los vehículos eléctricos, pero uno de los principales motores de la campaña de la Casa Blanca en favor de los vehículos eléctricos es el cumplimiento de los objetivos climáticos del país.
Un reciente estudio del MIT ha calculado la rapidez con la que tendrá que crecer la flota eléctrica mundial para evitar que la temperatura media global aumente más de 1,5 grados centígrados por encima de los promedios preindustriales, el punto de referencia establecido por el acuerdo de París para evitar los peores impactos del cambio climático. Según los cálculos del MIT, en este escenario “el parque mundial de vehículos eléctricos alcanza más de 200 millones de vehículos en 2030, y más de 1.000 millones en 2050, lo que supone dos tercios del parque mundial de vehículos ligeros”. Sin embargo, en un escenario más realista, “el parque mundial de VE crecerá probablemente hasta unos 95-105 millones de VE en 2030, y 585-823 millones de VE en 2050”.
Entonces, ¿qué hay que hacer para cerrar esta brecha? Hay que superar muchas de esas prominentes barreras a la adopción. Ya está surgiendo una gama de precios más amplia de vehículos eléctricos, y a medida que más actores entran en el juego de los vehículos eléctricos y las economías de escala entran en juego, es de esperar que más modelos sigan siendo más asequibles. La infraestructura de recarga es un reto mayor. Estados Unidos tendrá que renovar a fondo sus anticuadas redes eléctricas, pero el gobierno de Biden ha dejado claro que los VE son una prioridad para ellos, así que esto también podría solucionarse pronto.
El comportamiento de los consumidores, sin embargo, es otro cantar. La gente está muy preocupada por pasarse a la electricidad. Claro, el conductor medio solo necesita una autonomía de 65 kilómetros para sus actividades cotidianas, y el VE medio proporciona tres veces más con una sola carga. Pero en los Estados Unidos, donde muchas de nuestras fantasías y referentes de la cultura pop giran en torno a salir a la carretera, parar cada hora para cargar el coche no le parece bien a mucha gente. La ansiedad por la carga y la ansiedad por la autonomía son peligros reales y presentes para el mercado de los vehículos eléctricos, y asegurar a los consumidores que no tienen nada de qué preocuparse no es tarea fácil.
Sin embargo, algunos innovadores están trabajando en una forma de abordar esas preocupaciones y dejar que los conductores se sientan libres de poner goma electrificada en la carretera sin miedo. Esta semana, en la cumbre climática COP26 de Glasgow, la empresa londinense ZipCharge presentó un nuevo cargador portátil para vehículos eléctricos del tamaño de una maleta que los conductores pueden llevar consigo en caso de que necesiten recargar el combustible entre las visitas a las estaciones de carga. El cargador, llamado ZipCharge Go, pesa unos 15 kilos y tiene ruedas y un asa retráctil para facilitar el almacenamiento en el maletero.
La primera versión de este producto es capaz de proporcionar 20 millas adicionales de autonomía tras 30 minutos de carga, pero pronto llegará una versión de mayor capacidad. El Go aún no está disponible en el mercado, pero la startup planea comenzar las entregas en el cuarto trimestre del próximo año para su compra o para su alquiler.
Aunque un cargador portátil no va a sacudir el mercado de los vehículos eléctricos y convencer a las legiones de escépticos de que se suban a bordo por sí solo, el Go es una parte emblemática de una industria que crece y avanza y que está dando todo tipo de soluciones creativas a las barreras del mercado. Los vehículos eléctricos y la infraestructura para vehículos eléctricos mejoran constantemente, y no pasará mucho tiempo antes de que las preocupaciones urgentes y generalizadas, como la ansiedad por la autonomía, sean cosa del pasado. Porque, admitámoslo, los vehículos eléctricos son el futuro.