Cerca de 800 kilotoneladas de LCE de litio adicional tendrían que entrar en línea en los próximos cinco años para satisfacer las necesidades del sector de las baterías, según un nuevo informe de Wood Mackenzie.
La predicción del analista de mercado se basa en su propio escenario de Transición Energética Acelerada (AET), que ve el calentamiento global limitado a 2,5 grados centígrados y que presenta la idea de que el mercado de vehículos eléctricos requerirá más de un millón de toneladas de LCE en el 2025.
De forma similar, el informe afirma que el mercado del cobalto tendría que duplicarse para el 2025.
“Para poner esto en perspectiva, para satisfacer la demanda incremental de vehículos eléctricos hasta el 2030, se necesitarían ocho minas adicionales del tamaño de la de Katanga de Glencore”, señala el documento. “La AET de Wood Mackenzie adelanta en diez años la adopción de los vehículos eléctricos (EV) y ve que los EV representan alrededor del 40% de las ventas de coches de pasajeros para el 2030. Esto acelera considerablemente la demanda de baterías y las materias primas que van en ellas”.
Aunque en la actualidad el sector de las baterías representa menos del 5% de la demanda total de níquel, bajo la AET de WoodMac, la predicción es que se incrementará rápidamente hasta el 20% en el 2025 y el 30% en el 2030. Por lo tanto, se necesitarían 1,3 millones de toneladas adicionales de níquel adecuado para el sector de las baterías para el 2030.
En cuanto al grafito, el informe prevé que el sector de las baterías representaría más del 35% de la demanda para el 2030, con una demanda que crecería en 1,6 millones de toneladas para esa fecha.
“Dado que los precios al contado de la mayoría de los metales para baterías están actualmente de capa caída, y los mineros suelen exigir precios más altos para incentivar la nueva oferta, confiar en el ciclo natural del desarrollo de las minas parecería ser una estrategia perdedora si el mundo requiere un gran número de VE en un corto espacio de tiempo. Una AET necesitará una mano amiga para poner las cosas en marcha”, mencionó Gavin Montgomery, director de investigación de Wood Mackenzie, en un comunicado de prensa.
En opinión de Montgomery, encontrar fuentes alternativas de metales, incluyendo el uso de suministro secundario a través del reciclaje, es otra opción disponible para la industria. Sin embargo, señaló que las ventas actuales de VE son demasiado bajas para generar una reserva de chatarra lo suficientemente grande como para crear una nueva fuente de suministro significativa para el 2030.
“El suministro de chatarra será cada vez más importante a medida que nos alejamos más allá de 2030, pero no habrá una píldora mágica en los próximos años”, indicó el ejecutivo. “Con tantos desafíos que rodean el aumento de la oferta, Wood Mackenzie menciona que una alternativa más probable podría ser reducir la demanda de estos materiales críticos para las baterías”.