En un hito para la exploración espacial, las primeras muestras de asteroides recogidas por la NASA en el espacio han regresado a la Tierra.
Exitoso aterrizaje en el desierto de Utah
Con la vastedad del desierto de Utah como telón de fondo, la cápsula de muestras aterrizó en paracaídas, culminando un monumental viaje iniciado por la nave espacial Osiris-Rex. Tras soltar la cápsula desde una distancia de 100.000 kilómetros, la nave nodriza se embarcó en su próxima misión hacia otro asteroide.
A pesar de pequeños contratiempos, como el aterrizaje anticipado de la cápsula y el paracaídas desplegándose a una altitud mayor de la esperada, la integridad de la cápsula se mantuvo. Esto garantiza que las preciadas muestras, que se remontan a 4.500 millones de años, permanecieran inalteradas.
Rápidamente, el equipo de recuperación transportó la cápsula a una sala limpia provisional antes de su traslado al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
El invaluable contenido: un vistazo al pasado
En las próximas semanas, las muestras serán objeto de minuciosas investigaciones. Estas partículas, traídas del asteroide rico en carbono Bennu, ofrecen una ventana única a los orígenes de nuestro sistema solar. La cantidad exacta de material recolectado será revelada tras la apertura de la cápsula.
Estos fragmentos asteroideales superan en volumen las muestras previamente traídas por Japón y prometen ser una fuente inestimable para la investigación científica en los años venideros, según Lori Glaze, directora de la división de ciencia planetaria de la NASA.
Dante Lauretta, científico principal de la misión y afiliado a la Universidad de Arizona, expresó su entusiasmo ante el inicio de esta nueva fase de investigación.
Osiris-Rex: una misión sin precedentes
La misión de la nave Osiris-Rex, valorada en 1.000 millones de dólares, comenzó en 2016. Dos años después, la nave alcanzó a Bennu y, mediante un innovador dispositivo de recolección, logró obtener escombros del asteroide en 2020. A su retorno, la nave había cubierto una asombrosa distancia de 6.200 millones de kilómetros.
El regreso exitoso de la cápsula fue un momento emotivo para el equipo, especialmente para Lauretta, quien admitió haberse conmovido hasta las lágrimas al presenciar el aterrizaje.
Un aterrizaje exitoso y prometedor en Utah
El equipo de Lockheed Martin, desde Colorado, celebró la exitosa recuperación de la cápsula que albergaba las muestras de Bennu. A pesar de la carbonización visible de la cápsula, esta permaneció intacta, revelando la precisión del aterrizaje en Utah.
Según declaraciones de Lauretta, el aterrizaje fue impecable, dejando apenas una marca en el suelo. La expectativa es palpable, pues estas muestras podrían dar pistas sobre los eventos que se desarrollaron hace 4.500 millones de años.
Nelson, representante de la NASA, recalca la importancia de esta misión, afirmando que se espera obtener una “visión extraordinaria de los inicios de nuestro sistema solar”.
Comentarios desde el sector astronómico internacional
El astrónomo británico Daniel Brown, de la Universidad Nottingham Trent, subrayó el impacto potencial de estas muestras. Si bien no formó parte directa del proyecto, su perspectiva externa resalta la trascendencia de estas muestras para comprender la composición química primitiva de los asteroides y las moléculas que sustentan la vida.
Adicionalmente, el astrofísico y guitarrista principal de Queen, Brian May, quien también se encontraba en Inglaterra, extendió sus felicitaciones al equipo, mostrando su emoción por los resultados que estas muestras podrían revelar.
Detalles técnicos y hallazgos inesperados
Se estima que la cápsula contiene entre 250 gramos y 100 gramos de material de Bennu. Nicole Lunning, conservadora principal de la NASA, mencionó que las mediciones precisas de la muestra se conocerán en las próximas semanas.
En cuanto a Bennu, este cuerpo celeste, con un tamaño similar al del Empire State Building, ha ofrecido sorpresas. Durante la misión Osiris-Rex, se descubrió una superficie llena de escombros y rocas, tan suelta que permitió una recolección mayor de la esperada.
Adicionalmente, se espera que Bennu se acerque a la Tierra en 2182, un evento que podría tener implicaciones serias. Lauretta asegura que los datos obtenidos ayudarán a desarrollar estrategias para desviar el asteroide si es necesario.
Misiones anteriores y futuros desafíos
La NASA ya ha llevado a cabo otras misiones robóticas al espacio. En 2004, la misión Génesis buscó recolectar viento solar, pero una falla en el paracaídas ocasionó la pérdida de las muestras. En 2006, la misión Stardust logró enviar con éxito polvo de cometa.
Actualmente, Osiris-Rex persigue al asteroide Apofis, esperando alcanzarlo en 2029. Sin embargo, a pesar del éxito de estas misiones, la NASA enfrenta críticas y desafíos en sus planes para devolver muestras de Marte, principalmente debido a los elevados costos y complejidad.