Una nave espacial de la NASA aterrizó en la superficie rugosa del asteroide Bennu el martes, y tomó una muestra de rocas que datan del nacimiento de nuestro sistema solar para traer a casa.
La nave espacial OSIRIS-REx del tamaño de una minivan, construida por Lockheed Martin, extendió su brazo robótico de 3,35 m hacia un trozo plano de grava cerca del polo norte de Bennu y recogió la muestra de rocas, el primer puñado de rocas prístinas del asteroide de la agencia espacial.
“La recogida de muestras se ha completado, y la l encendido del motor de regreso a distancia se ha ejecutado”, añadió segundos después la operadora de la misión Lockheed, Estelle Church, confirmando que la nave espacial se alejó de la roca espacial después de hacer contacto.
La sonda enviará imágenes de la recogida de muestras el miércoles y durante toda la semana para que los científicos puedan examinar cuánto material se ha recuperado y determinar si la sonda necesitará hacer otro intento de recogida.
Si se confirma que la recolección fue exitosa, la nave espacial viajará de regreso a la Tierra, llegando en 2023. Japón es el único otro país que ya ha logrado esto.
Bennu, situado a más de 100 millones de millas de la Tierra y cuyo cuerpo en forma de bellota se formó en los primeros días de nuestro sistema solar, podría tener pistas sobre los orígenes de la vida en la Tierra, dicen los científicos. “Todo salió exactamente perfecto”, dijo Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx de la Universidad de Arizona, Tucson, en una transmisión en vivo de la NASA desde el edificio de apoyo a la misión de Lockheed. “Hemos superado los increíbles desafíos que este asteroide nos ha lanzado, y la nave espacial parece haber funcionado a la perfección”.
El dispositivo de recolección del brazo robótico, con forma de una cabeza de ducha de gran tamaño, está diseñado para liberar un gas presurizado para levantar los escombros.
La nave espacial fue lanzada en 2016 desde el Centro Espacial Kennedy para el viaje a Bennu. Ha estado en órbita alrededor del asteroide durante casi dos años, preparándose para la maniobra de “choque y fuga”.
“Muchas cosas podrían salir mal porque la nave espacial es del tamaño de una camioneta, y el asteroide tiene muchas rocas”, dijo Lucy Lim, científica planetaria de la NASA, en una entrevista anterior. “Así que tenemos que ir entre las rocas para obtener nuestra muestra, y mucha planificación se llevó a cabo”.
Los asteroides están entre los restos de la formación del sistema solar hace unos 4.500 millones de años. Los científicos creen que los asteroides y cometas que se estrellaron contra la Tierra temprana pueden haber entregado compuestos orgánicos y agua que sembraron el planeta para la vida. El análisis a nivel atómico de las muestras de Bennu podría proporcionar pruebas clave para apoyar esa hipótesis.