El Tribunal Supremo israelí ha confirmado la necesidad de realizar pruebas genéticas para establecer la filiación de un infante tras un error en un proceso de fecundación in vitro en 2022.
Contexto del caso y error en la clínica
El fallo fue anunciado después de que se rechazara un recurso destinado a anular dichas pruebas solicitadas por un tribunal de familia. La madre que llevó el embarazo y su pareja, aunque no comparten lazos genéticos con el niño, buscan ejercer sus derechos como padres.
La discrepancia genética surgió debido a un desliz en el Centro Médico Assuta de Rishon Lezion. Este error fue detectado tras realizar pruebas al feto por problemas médicos, revelando que la pareja no podía ser biológicamente emparentada con él.
Investigaciones posteriores sugieren que la confusión tuvo lugar en la sala de espera de la clínica. Se cree que dos mujeres intercambiaron sus lugares en la fila, lo que llevó a la transferencia de embriones incorrecta.
Identificación de posibles progenitores
El centro Assuta inicialmente identificó a 22 parejas como posibles padres biológicos. Sin embargo, luego se determinó que solo seis parejas tenían la mayor probabilidad de coincidencia genética con el bebé.
En diciembre de 2022, tras la decisión del Ministerio de Sanidad de no continuar con la búsqueda, estas parejas buscaron justicia en los tribunales. Mientras tanto, el bebé ha estado bajo el cuidado de la pareja que busca mantenerlo, con un representante legal asignado para proteger sus intereses.
Un juzgado de familia, en julio de 2023, permitió a una sola pareja, con la mayor probabilidad genética, continuar con las pruebas para confirmar la paternidad.
Desarrollo legal y demandas contra Assuta
La pareja que busca mantener y criar al bebé ha presentado una demanda contra Assuta por un monto de 10 millones de NIS (2,9 millones de dólares) por el error sucedido.
El Ministerio de Sanidad ha señalado a Assuta Rishon Lezion de ocultar el incidente, atribuyendo la negligencia a graves fallos en el protocolo por parte del personal.
Un informe externo sugiere que la sobrecarga de trabajo fue una de las causas principales de la omisión de protocolos esenciales en la clínica.
Decisiones del Ministerio de Sanidad y errores adicionales
El aumento en los procedimientos de fecundación in vitro en Assuta se debe al traslado de tratamientos de fertilidad a hospitales privados por parte del gobierno. Esta transición benefició económicamente a entidades como el Ministerio de Sanidad y hospitales privados, pero incrementó los riesgos para los pacientes.
En medio de las investigaciones, el Ministerio de Sanidad ordenó a Assuta reducir sus operaciones de FIV en un 50 %, limitando la cantidad anual de tratamientos.
Otros errores alarmantes en el proceso de FIV en Assuta Tel Aviv emergieron. A raíz de estos, se les prohibió aceptar nuevos pacientes. Tras un caso similar de desvinculación genética, una pareja demandó a la clínica por 34 millones de NIS (9,2 millones de dólares).