SuperMeat en Ness Ziona cultiva carne en biorreactores, reduce emisiones un 90% y planea escalar producción para 2026 con 10 millones de dólares.
SuperMeat impulsa carne cultivada en Ness Ziona
SuperMeat, una empresa con sede en Ness Ziona, Israel, produce carne cultivada a partir de células animales en biorreactores, eliminando la necesidad de ganadería intensiva. Este proceso reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% en comparación con la ganadería tradicional, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Desde 2020, el restaurante The Chicken, operado por SuperMeat, sirve hamburguesas de pollo cultivadas, marcando un hito como el primer establecimiento en ofrecer este producto al público. La empresa recaudó 10 millones de dólares en inversiones para escalar su producción, con planes de alcanzar capacidad industrial para 2026.
El proceso comienza con la extracción de células de huevos de gallina fertilizados, que se cultivan en biorreactores con nutrientes de origen vegetal. Estos biorreactores replican las condiciones fisiológicas del animal, permitiendo que las células se desarrollen en tejido muscular y grasa. Ido Savir, director de SuperMeat, describe este método como una “revolución alimentaria” que aumenta la seguridad alimentaria y reduce el uso de recursos. La carne cultivada no requiere sacrificio animal, disminuye el riesgo de zoonosis y elimina la necesidad de antibióticos, presentes en la ganadería convencional.
La ganadería tradicional genera el 14.5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Además, consume dos tercios de las tierras agrícolas y grandes cantidades de agua. La carne cultivada aborda estos problemas al requerir un 99% menos de terreno y un 90% menos de agua, según datos de Our World in Data. SuperMeat colabora con empresas alimentarias como Tyson Foods y Strauss Group para optimizar la tecnología y reducir costos de producción.
En 2021, SuperMeat abrió The Chicken en Ness Ziona, un restaurante que permite a los comensales observar el proceso de cultivo a través de ventanales. El menú inicial incluye hamburguesas, pero la empresa planea introducir otras piezas de pollo. La carne cultivada mantiene las propiedades organolépticas de la carne tradicional, como sabor y textura, y se produce en un entorno estéril, lo que mejora la seguridad alimentaria.
Datos clave sobre| Carne cultivada: Innovación y sostenibilidad en Israel
- Reducción de emisiones: La carne cultivada reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% frente a la ganadería tradicional.
- Uso de recursos: Requiere 99% menos terreno y 90% menos agua que la producción convencional de carne.
- Inversiones: SuperMeat recaudó 10 millones de dólares para escalar su producción hacia 2026.
- Primicia mundial: The Chicken, en Ness Ziona, es el primer restaurante en servir carne cultivada al público.
- Colaboraciones: SuperMeat trabaja con Tyson Foods y Strauss Group para optimizar costos y tecnología.
Avances tecnológicos en la producción de carne cultivada

La tecnología de SuperMeat se basa en biorreactores que cultivan células animales en un medio rico en proteínas, grasas, azúcares, minerales y vitaminas. Este sistema replica el entorno natural del animal, permitiendo la formación de tejido comestible sin grasa ni antibióticos. La empresa ha logrado reducir los costos de producción, pasando de 300,000 dólares por una hamburguesa en 2013 a 1.7 dólares por libra en 2021, según datos de Future Meat Technologies, otra startup israelí en el sector.
Israel se posiciona como líder en carne cultivada, junto con Silicon Valley, según Alex Shirazi, fundador del Cultured Meat Symposium. Además de SuperMeat, empresas como Aleph Farms y Future Meat Technologies desarrollan productos similares. Aleph Farms produjo en 2017 un filete de res cultivado de 3 milímetros, mientras que Future Meat combina células animales con proteínas vegetales para crear alternativas a la carne procesada.
El mercado global de carne cultivada está en expansión. Según McKinsey, este sector podría alcanzar un valor de 25,000 millones de dólares para 2030. En 2020, el mercado se valoró en 1,198 millones de dólares y se proyecta que crezca a 3,349.8 millones para 2027, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 14.5%, según Business Research Insights. Las inversiones en el sector alcanzaron 2,000 millones de dólares en 2022, impulsadas por empresas de capital de riesgo y gigantes alimentarios.
A pesar de los avances, la carne cultivada enfrenta desafíos. La escalabilidad requiere biorreactores de gran capacidad, superiores a los 25,000 litros usados en la industria farmacéutica. Los costos de los medios de cultivo y la infraestructura siguen siendo elevados, aunque empresas como SuperMeat trabajan en optimizar estos procesos para competir con la carne tradicional.
Impacto ambiental y perspectivas de la carne cultivada
La carne cultivada ofrece beneficios ambientales significativos. Un estudio de la Universidad de Oxford indica que su producción puede reducir las emisiones de CO2, aunque advierte que la demanda energética de los biorreactores podría contrarrestar estas ganancias si no se optimiza. La Universidad de California Davis estima que la carne cultivada podría emitir entre 4 y 25 veces más carbono que la carne tradicional en escenarios no optimizados, destacando la necesidad de energías renovables en el proceso.
En Israel, el gobierno y el sector privado apoyan estas innovaciones. El ecosistema tecnológico del país, conocido por su capacidad de investigación, ha atraído inversiones de empresas como PHW Group y Tyson Foods. La carne cultivada también responde a preocupaciones éticas, al eliminar el sacrificio animal, y mejora la seguridad alimentaria al producirse en entornos controlados, reduciendo riesgos de patógenos.
La regulación es otro factor clave. Singapur aprobó la venta de carne cultivada en 2020, mientras que en Estados Unidos, la FDA y el USDA autorizaron su comercialización en 2023. En la Unión Europea, la carne cultivada está en la lista de nuevos alimentos, pero aún no cuenta con autorización definitiva. SuperMeat espera obtener certificaciones en Israel y otros mercados para expandir su alcance.
El panorama de la carne cultivada refleja un esfuerzo global por abordar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. Empresas como Mosa Meat en Países Bajos, Eat Just en Estados Unidos y Cell Farm en Argentina también avanzan en este campo. En Israel, SuperMeat y sus competidores locales continúan liderando, con el objetivo de transformar la industria alimentaria hacia un modelo más eficiente y respetuoso con el medio ambiente.