Un estudio publicado el miércoles por el Centro de Recursos de Coronavirus de Johns Hopkins ha encontrado que la tasa de mortalidad por coronavirus en Israel está entre las más bajas del mundo.
Atrapado por un segundo brote de COVID-19, Israel es considerado actualmente un “país rojo”, es decir, uno con una alta tasa de morbilidad en proporción al tamaño de la población. Pero según el estudio, la tasa de mortalidad es solo del 0,7%.
Desde que la pandemia mundial golpeó al estado judío a mediados de marzo, Israel ha registrado 68 769 casos. Hasta el miércoles, 497 personas han muerto por la enfermedad y 35 516 israelíes se han recuperado de ella.
El Ministerio de Salud informó que 1 207 personas han dado positivo por el virus en las últimas 24 horas.
El dudoso honor de encabezar la tabla de mortalidad de Johns Hopkins fue para Gran Bretaña, donde la tasa de mortalidad por coronavirus es del 15,2%.
México se ubicó en segundo lugar (11,1%), seguido de Irán (5,5%) y Egipto (5%).
La mortalidad por COVID-19 en los Estados Unidos es del 3,4% y en Rusia del 1,6%, según el estudio.
“Una de las formas más importantes de medir la carga de COVID-19 es la mortalidad”, señalaron los investigadores en el estudio.
Los países de todo el mundo han informado de ratios de mortalidad muy diferentes: el número de muertes dividido por el número de casos confirmados.
Las diferencias en las cifras de mortalidad pueden deberse a diferencias en el número de personas examinadas: Con más pruebas, se identifican más personas con casos más leves. Esto reduce la proporción de casos fatales.
“Demografía”: Por ejemplo, la mortalidad tiende a ser mayor en las poblaciones de edad avanzada.
“Características del sistema de salud: Por ejemplo, la mortalidad puede aumentar a medida que los hospitales se saturan y tienen menos recursos”.