La planta Sorek de IDE Technologies produce 150 millones de m³ de agua potable, liderando la desalinización mundial con eficiencia energética.
Sorek impulsa suministro de agua potable en Israel
Israel abastece el 70% de su agua potable en 2025 mediante desalinización, liderada por la planta Sorek, operada por IDE Technologies. Esta instalación, ubicada 15 km al sur de Tel Aviv, produce 150 millones de metros cúbicos anuales, equivalentes al 20% del consumo doméstico del país, según datos del Ministerio de Energía. Funcional desde octubre de 2013, Sorek es la mayor planta de ósmosis inversa de agua de mar (SWRO) del mundo, con una capacidad diaria de 624,000 m³. Su diseño innovador, que incluye membranas de 16 pulgadas dispuestas verticalmente, reduce costos y el impacto ambiental. La planta, construida con una inversión de 400 millones de dólares, integra tecnologías como el sistema de recuperación de energía DWEER, que optimiza el consumo eléctrico.
La desalinización en Israel comenzó a gran escala en 2005 con la planta de Ashkelon, que produce 120 millones de m³ al año. Le siguieron Palmachim (2007), Hadera (2009), Sorek (2013) y Ashdod (2015), sumando una capacidad total de 585 millones de m³ anuales. En 2025, la incorporación de Sorek 2, con 200 millones de m³ por año, y la planta Birkat Miriam en el norte, elevan la producción a 897 millones de m³. Estas instalaciones, gestionadas bajo el modelo de construcción, operación y transferencia (BOT), garantizan un suministro estable frente a sequías y el crecimiento poblacional, que alcanza los 10 millones de habitantes.
El proceso de ósmosis inversa en Sorek filtra agua del mar Mediterráneo a través de membranas que separan sales, consumiendo un 67% de la energía total de la planta. El agua desalinizada pasa por un post-tratamiento que añade minerales como calcio y magnesio para consumo humano. La planta minimiza el impacto ambiental con técnicas como la filtración sin químicos y el uso de difusores para dispersar salmuera. Además, Sorek 2, operativa desde 2025, introduce turbinas de vapor para bombas de alta presión, reduciendo un 8% los costos energéticos y un 30% las emisiones de CO2, equivalente a 120,000 toneladas anuales, según IDE Technologies.
Israel exporta agua desalinizada a Jordania y planea colaborar en el canal mar Rojo-mar muerto, un proyecto de 900 millones de dólares que beneficiará a Jordania y la Autoridad Palestina. Este canal, previsto para 2020 pero retrasado, producirá agua potable y estabilizará el mar muerto. La desalinización cubre el 100% del agua doméstica y el 55% de la demanda total, incluyendo agricultura e industria, según un informe de 2024 en The Times of Israel. Esto permite rellenar el Mar de Galilea en épocas de sequía.
Datos clave sobre desalinización en Israel en 2025
- Capacidad total: 897 millones de m³ de agua desalinizada al año.
- Plantas operativas: Ashkelon, Palmachim, Hadera, Sorek, Ashdod, Sorek 2 y Birkat Miriam.
- Sorek: Produce 624,000 m³ diarios, el 20% del agua doméstica.
- Eficiencia energética: Sorek 2 reduce un 30% las emisiones de CO2.
- Costo: 0.41 USD por m³ en Sorek 2, el más bajo globalmente.
- Exportación: Israel suministra agua a Jordania y planea proyectos regionales.
Eficiencia energética marca el futuro de la desalinización

La desalinización en Israel enfrenta el desafío del alto consumo energético, que representa el 3.4% del total nacional. Sorek requiere 55 MW, comparable a una ciudad de 45,000 habitantes. Sin embargo, innovaciones como el diseño de presión central y sistemas de recuperación de energía han reducido el consumo a 1.5 kW por 500 litros, similar a un refrigerador, según Boris Liberman, CTO de IDE Technologies. Paneles solares en Sorek generan energía limitada, pero la dependencia de gas natural, como el yacimiento Tamar con 10.9 billones de m³, asegura costos competitivos.
El precio del agua desalinizada ha caído drásticamente. En Sorek 2, el costo es de 1.45 NIS (0.41 USD) por m³, un récord mundial, frente a los 3 USD por m³ en otros países. Esto se logra con diseños modulares y membranas avanzadas que requieren menos presión. Los hogares israelíes pagan 30 USD mensuales por agua, similar a ciudades estadounidenses como Los Ángeles, según Scientific American. La Autoridad del Agua de Israel regula los precios para garantizar accesibilidad.
La construcción de Sorek involucró a socios internacionales como Hutchison Water, con un 49% de participación, y financiamiento de Banco Hapoalim y el Banco Europeo de Inversiones. Protesa, una empresa española, suministró tuberías de poliéster reforzado, mientras Flowserve Corporation proporcionó unidades de recuperación de energía. La planta opera bajo un acuerdo de 25 años con el consorcio Sorek Desalination Company, liderado por IDE Technologies. En 2018, IDE vendió Sorek 1 a Dan Capital para cumplir con regulaciones antimonopolio y competir por Sorek 2.
El impacto de la desalinización trasciende el suministro doméstico. La agricultura, que consume el 40% del agua, usa agua reciclada, liberando recursos para consumo humano. Israel recicla el 90% de sus aguas residuales, la tasa más alta del mundo, según ISRAEL21c. Esto reduce la presión sobre acuíferos y permite destinar agua desalinizada a hogares e industria, estabilizando la economía hídrica.
Desalinización fortalece la seguridad hídrica regional
La estrategia de desalinización de Israel responde a una historia de escasez hídrica, agravada por sequías como la de 1998, la peor en 900 años. El plan maestro de la Administración de Desalinización del Agua (WDA), iniciado en 2000, buscó producir 650 millones de m³ para 2020. En 2025, la producción supera este objetivo, cubriendo el 85-90% del consumo municipal e industrial. La WDA supervisa la expansión, con plantas como Birkat Miriam, que produce 100 millones de m³ anuales para el norte del país.
La tecnología de ósmosis inversa domina el sector por su eficiencia frente a métodos de evaporación, que consumen más energía. Israel invierte en investigación para mejorar membranas y reducir el consumo eléctrico. La planta de Hadera, con 127 millones de m³ anuales, incorpora dispositivos de recuperación de energía que ahorran un 20% de electricidad. Ashdod, con 100 millones de m³, usa filtración avanzada para minimizar químicos, según Water Technology.
La desalinización también fortalece la diplomacia hídrica. Israel comparte tecnología con países como India y Estados Unidos, donde IDE Technologies construyó la planta de Carlsbad, la mayor del hemisferio occidental. En la región, el suministro de agua a Jordania refuerza la cooperación, especialmente tras los acuerdos de Abraham. El proyecto mar Rojo-mar muerto busca producir 200 millones de m³ anuales, beneficiando a tres partes y estabilizando un ecosistema crítico.
El éxito de la desalinización en Israel radica en la planificación estatal, la innovación tecnológica y la colaboración público-privada. La WDA coordina con empresas como IDE Technologies para garantizar calidad y sostenibilidad. En 2025, Israel no solo satisface su demanda interna, sino que produce un 20% más de agua de la necesaria, consolidándose como líder global en gestión hídrica, según Scientific American.C