El auge en la aprobación de carne cultivada en laboratorio ha tomado impulso desde la primera autorización reglamentaria mundial en Israel.
Sin embargo, los desafíos como los altos costos y los prolongados tiempos de producción siguen siendo barreras significativas para su comercialización a gran escala. En este contexto, una empresa emergente israelí de tecnología alimentaria ha obtenido una financiación significativa de la Unión Europea para desarrollar una tecnología que podría revolucionar este sector.
Profuse Technology ha recibido una subvención de 2,4 millones de euros del programa Horizon EIC Transition de la UE. Esta financiación apoyará el desarrollo de una tecnología que promete reducir el tiempo necesario para cultivar tejido muscular en un 80%, además de mejorar la calidad nutricional, la textura y el sabor de la carne cultivada.
“Producir carne cultivada es un gran desafío y la industria está en sus inicios”, afirmó Guy Nevo Michrowski, CEO de Profuse, a The Times of Israel. “No resolvemos todos los problemas, pero proporcionamos una parte de la solución necesaria para poder cultivar y producir trozos de carne a gran escala”.
La tecnología desarrollada por Profuse se basa en seis años de investigación llevada a cabo por la Dra. Tamar Eigler-Hirsh, cofundadora e inmigrante estadounidense, en el Instituto Weizmann de Ciencias. Esta investigación proporcionó un conocimiento crucial sobre la regeneración y reparación muscular, que se ha adaptado para acelerar la producción de carne en laboratorio.
La startup, con sede en Kiryat Shmona y fundada en 2021, ha perfeccionado un enfoque que simula el entorno natural del crecimiento muscular utilizando biorreactores. Estos dispositivos funcionan de manera similar a los fermentadores usados en la producción de cerveza, permitiendo que el tejido se nutra y se forme en estructuras tridimensionales, como filetes y nuggets.
Según Michrowski, “Estamos proporcionando a los productores de carne cultivada una mezcla de cóctel a base de moléculas pequeñas, un material en polvo, que se agrega biológicamente en el punto correcto para acelerar la formación de músculo a partir de células madre”.
Este avance podría reducir los últimos 10 días del proceso de producción a solo 48 horas, representando un hito en la eficiencia y viabilidad económica de la carne cultivada.
Tecnología israelí podría quintuplicar el contenido proteico de la carne cultivada
La startup israelí Profuse Technology está avanzando en el desarrollo de suplementos que no solo aceleran la producción de carne cultivada, sino que también mejoran significativamente su valor nutricional. Guy Nevo Michrowski, CEO de la empresa, destacó que estos suplementos pueden incrementar el contenido proteico del producto final hasta cinco veces en comparación con métodos tradicionales.
“Si se compara la cantidad de proteína que se produce en el músculo con nuestros suplementos, en comparación con la que se produce sin nuestros suplementos, se obtiene un contenido de proteína cinco veces mayor”, explicó Michrowski.
Profuse ha colaborado con varias de las principales startups en el campo de la carne cultivada, abarcando carne de res, pollo y pescado. La subvención reciente de 2,4 millones de euros del programa Horizon EIC Transition de la UE es un paso crucial hacia la obtención de la aprobación regulatoria para sus suplementos en la producción de alto volumen, preparando el terreno para un crecimiento significativo a medida que el mercado madure.
Desde su fundación, Profuse ha recaudado aproximadamente 7 millones de dólares, incluyendo capital y subvenciones. Además de la subvención de la UE, la startup ha recibido apoyo de la incubadora Fresh Start Foodtech, respaldada por la Autoridad de Innovación de Israel.
En 2022, consiguió 3 millones de dólares en financiación inicial liderada por Green Circle, un fondo de tecnología alimentaria de Nueva York. Entre sus otros inversores se encuentran la firma de riesgo israelí OurCrowd, el fabricante de alimentos Tnuva y el fabricante de bebidas Tempo.
El mercado global de carne cultivada está proyectado a alcanzar los 25.000 millones de dólares en 2030, según la consultora McKinsey & Company. Israel, que ocupa el segundo lugar después de Estados Unidos en atraer inversiones en el sector de las proteínas alternativas, se ha establecido como un centro tecnológico crucial para el desarrollo de este campo. Según datos del Good Food Institute Israel, el país alberga más de 80 startups en el sector de las proteínas alternativas, incluyendo 15 fundadas solo en 2023.
Aviv Oren, director de compromiso comercial e innovación de GFI Israel, comparó la emergente industria de las proteínas alternativas con los primeros días de los vehículos eléctricos y la energía renovable, resaltando la necesidad de inversiones significativas en investigación, desarrollo y escalado para alcanzar su máximo potencial.
“A medida que el sector crezca y madure, esperamos ver un apoyo gubernamental continuo para la comercialización masiva de productos de proteínas alternativas e insumos B2B, como los desarrollados por Profuse”, agregó Oren.