Los científicos han conseguido desenterrar el virus más antiguo que se conoce en la Tierra, al recuperar un virus de 48.500 años de antigüedad del permafrost ruso, según un estudio reciente.
El virus en sí, llamado Pandoravirus yedoma, era de los que habían revivido tras permanecer latente en el permafrost de la Siberia rusa durante miles de años.
Los hallazgos de este estudio se publicaron en un artículo en bioXrv y no han sido revisados por pares, sin embargo, arrojan luz sobre una posible catástrofe que nos espera, ante la que la humanidad no puede hacer nada.
Abriendo la caja de Pandora: El antiguo pandoravirus en el permafrost ruso
El pandoravirus fue encontrado en el permafrost hallado en el fondo de un lago en Rusia.
Se trata de un virus notablemente gigante, lo suficientemente grande como para ser examinado con un microscopio y que posee unos 2.500 genes, en comparación con los virus modernos que tienen como máximo 20 genes.
Por ejemplo, el virus que causa la gripe tiene siete genes y el VIH sólo nueve.
Los pandoravirus en general son tan grandes que, cuando los científicos los vieron por primera vez, los pasaron por alto porque los consideraron demasiado grandes para ser realmente virus. Más bien se pensaba que eran bacterias.
El hecho de que sean tan grandes ha llevado a algunos científicos a proponer que esto podría indicar la existencia de algo totalmente diferente, un nuevo “dominio” de microbios y, por tanto, una nueva rama en el árbol evolutivo, aunque esto no es aceptado por la comunidad científica en general.
Se sabe que existen otros Pandoravirus, que suelen infectar a amebas unicelulares. Este virus de 48.500 años es un miembro más de la familia.
Pero el descubrimiento de este virus significa algo que algunos expertos han hecho saltar las alarmas, abriendo metafóricamente la caja de Pandora.

Los peligros de los virus antiguos: Vienen y no podemos detenerlos
Los pandoravirus fueron identificados definitivamente por primera vez en 2013 y viven en entornos no siempre bien estudiados. Como tal, aún no sabemos mucho sobre ellos.
Sin embargo, por lo que sabemos, los pandoravirus no suponen ningún peligro para la vida humana. Por lo que saben los científicos, parece que se limitan a las zonas acuáticas infectando amebas y plancton.
Pero el problema no es que este antiguo virus pueda devastar el planeta, sino que se haya revivido un antiguo virus en primer lugar.
Aunque esta vez se ha hecho intencionadamente, vendrán más, y los científicos no pueden detenerlo.
El Pandoravirus de Rusia se conservó bajo el permafrost, una zona del suelo donde todo, incluida una gran cantidad de materia orgánica, ha estado perpetuamente congelado durante millones de años. Este terreno frío constituye aproximadamente una cuarta parte del hemisferio norte de la Tierra.
Pero el empeoramiento del cambio climático ha hecho que el permafrost comience a retroceder lentamente, y que el hielo que se está descongelando deje al descubierto todo lo que había mantenido oculto.
Esto es problemático por un par de razones. La primera es que gran parte de esta materia orgánica que ahora queda al descubierto se descompondrá y acabará liberando dióxido de carbono y metano, que son gases de efecto invernadero, lo que agravará aún más el cambio climático.
Pero la segunda razón es que también revivirá un número incalculable de antiguos virus prehistóricos olvidados por el tiempo, ahora listos para volver a la superficie.
Como prueba, consideremos el reciente estudio. Uno de los virus, el Pandoravirus, fue revivido del fondo de un lago en Rusia. Pero otro, de apenas 27.000 años de antigüedad, fue revivido a partir de la defecación de un mamut que se había conservado en el permafrost.
Podría haber cualquier número de virus aún conservados en huéspedes animales congelados que se están descongelando lentamente fuera de sus jaulas heladas en el permafrost. Y sabemos que hay restos de animales conservados en el permafrost, como el mamut lanudo encontrado en el fondo de un lago ruso. Y la humanidad -y cualquier otra forma de vida en la Tierra- no está preparada para lo que podría ocurrir.
Es posible que no sobrevivan por mucho tiempo, pero es imposible saber nada sobre estos virus. Pero hasta que no lo sepamos con certeza, sigue existiendo el peligro de que las enfermedades antiguas se conviertan en una nueva plaga mortal para la humanidad provocada por el cambio climático.
Y al ritmo que va el cambio climático, parece que no hay forma de detenerlo.