La variante Delta del coronavirus sigue siendo la cepa dominante en Estados Unidos, pero la variante Lambda ha empezado a recibir atención en los últimos días.
Al igual que la variante Delta, Lambda es altamente infecciosa y se cree que es más resistente a las vacunas que la versión original del virus. Aunque aún se desconoce mucho sobre la cepa, los científicos han detectado algunas características alarmantes.
Por el momento, la variante Lambda se ha extendido principalmente por Sudamérica tras ser identificada por primera vez en Perú en agosto de 2020, pero se han visto casos en Texas y Carolina del Sur. Se han secuenciado menos de 700 casos de la variante Lambda en EE.UU. de los más de 34 millones de casos de coronavirus registrados, según una estimación. Sin embargo, Estados Unidos solo ha secuenciado una pequeña cantidad de sus casos, por lo que el número real de casos asociados a la cepa puede ser mucho mayor.
En total, 28 países han identificado variantes de Lambda en casos de COVID, según el GISAID. Los científicos dicen que está estrechamente relacionada con una de las primeras variantes conocidas del virus, conocida como Alpha.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que Lambda tiene el potencial de aumentar la transmisibilidad y puede tener una mayor resistencia a los anticuerpos neutralizantes, ambas características asociadas a la variante Delta.
Aun así, los estudios demuestran que las vacunas protegen contra todas las principales cepas de coronavirus, incluida la variante Delta, y los investigadores creen que este es el caso de Lambda. Sin embargo, hasta el momento no hay datos suficientes sobre la eficacia exacta de las vacunas actuales para prevenir la infección por Lambda.
¿Hasta qué punto debe preocuparse la gente por la variante Lambda? Eso depende de a quién se le pregunte. El mes pasado, la OMS clasificó a Lambda como una “variante de interés” a nivel mundial, lo que se considera un nivel justo por debajo de una “variante de preocupación”.
Las “variantes de interés” identificadas por la organización son la Alfa, la Beta, la Gamma y la Delta.
La definición de la OMS para “variante de interés” permite que Lambda tenga el potencial de gravedad de la enfermedad y que se haya identificado como causante de una transmisión comunitaria significativa o de múltiples grupos de infección por COVID-19.
Sin embargo, en su propia lista separada con respecto a las variantes dentro de los EE.UU., los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) no incluyen a Lambda como una variante de interés, preocupación o alta consecuencia.
Por ahora, la mayoría de los investigadores siguen centrados en la variante Delta, que recientemente ha representado el 83% de los nuevos casos de COVID-19 en EE.UU. Los CDC señalaron recientemente en una presentación interna que la “guerra ha cambiado” contra la pandemia en curso debido a la aparición de la variante Delta, altamente transmisible.
La OMS también sigue vigilando otras variantes, como Eta, Kappa e Iota. Cualquiera de ellas podría convertirse en una amenaza, sobre todo si se tiene en cuenta que a principios de año Iota se extendió rápidamente en Nueva York, constituyendo más de una cuarta parte de las secuencias en la ciudad hasta febrero.
Pero no todos están dispuestos a descartar la variante Lambda. El investigador principal Kei Sato, de la Universidad de Tokio, declaró recientemente a Reuters que “Lambda puede ser una amenaza potencial para la sociedad humana”.