La escuela Yad Hamoreh en Jerusalén integra a niños con TEA y neurotípicos en actividades compartidas, promoviendo socialización y aprendizaje inclusivo.
Yad Hamoreh: pionera en inclusión educativa en Jerusalén
La escuela primaria Yad Hamoreh, ubicada en el barrio de Ramat Eshkol en Jerusalén, opera como un modelo educativo único en Israel desde su fundación en 1998. Este centro público integra a 49 niños con trastorno del espectro autista (TEA) de moderado a severo con 187 estudiantes neurotípicos de primero a sexto grado. Las clases académicas se imparten por separado, pero los alumnos comparten actividades como comidas, natación, música, terapia con animales y horticultura. Este enfoque, liderado por la directora Ana Goren, busca fomentar la socialización y el desarrollo integral de todos los estudiantes.
El modelo de Yad Hamoreh surgió de una iniciativa impulsada por padres, inspirada en un jardín de infantes cercano que integraba a niños con y sin TEA. Zvi Shamir, padre de tres hijas neurotípicas que estudiaron en la escuela, destacó que el programa crea una comunidad inclusiva que beneficia tanto a las familias de niños con TEA como a las de estudiantes neurotípicos. La escuela recibe visitas frecuentes de educadores de países como Estados Unidos, China, Europa del Este y Sudamérica, quienes buscan replicar este sistema en sus naciones.
La integración en Yad Hamoreh no ocurre sin desafíos. Su Narodowski, instructora educativa de la escuela, subrayó que los docentes deben ser altamente flexibles para manejar las dinámicas entre ambos grupos de estudiantes. Los niños neurotípicos, que deben solicitar ingreso debido a la alta demanda, se benefician de instalaciones avanzadas y actividades extracurriculares únicas, como un coro de 43 estudiantes que incluye a cuatro niños con TEA. Los alumnos con TEA, por su parte, muestran mejoras en su comportamiento al interactuar con sus pares neurotípicos, según testimonios de padres como Goldstein, quien notó avances en la conciencia social de su hijo.
El Ministerio de Educación de Israel supervisa la colocación de los estudiantes con TEA en Yad Hamoreh, mientras que los padres de niños neurotípicos enfrentan un proceso competitivo para obtener un cupo. A pesar de los comportamientos disruptivos que algunos niños con TEA pueden presentar, como gritos o conductas impulsivas, el programa de modificación de conducta de Goren ha logrado resultados significativos. Por ejemplo, Sapir, un estudiante con TEA severo, pasó de exhibir comportamientos disruptivos a participar activamente en clases y eventos escolares, como sostener la bandera israelí en una ceremonia del Día de la Independencia.

Datos clave sobre el modelo inclusivo de Yad Hamoreh
- Fundación: Establecida en 1998 como iniciativa de padres en Jerusalén.
- Capacidad: 49 estudiantes con TEA y 187 neurotípicos en grados 1-6.
- Actividades compartidas: Natación, música, terapia animal, horticultura y comidas.
- Impacto global: Recibe visitas de educadores de EE. UU., China, Europa del Este y Sudamérica.
- Infraestructura: Instalaciones comparables a escuelas privadas, con apoyo de donaciones internacionales.
Orígenes y evolución del modelo de Yad Hamoreh
Cuando Ana Goren asumió la dirección de Yad Hamoreh, reemplazó al personal con educadores especializados y contrató terapeutas comprometidos para atender a una población inicial de seis niños con TEA. El programa se fortaleció con voluntarias religiosas que cumplían su servicio nacional, logrando un alto ratio adulto-niño. Con donaciones privadas y fondos gubernamentales, la escuela implementó programas individualizados de modificación de conducta, lo que permitió a los estudiantes con TEA desarrollar patrones de conducta normativos. Actualmente, la escuela atiende a 35 niños con TEA severo entre un total de 193 alumnos, una proporción significativa que la distingue globalmente.
El éxito de Yad Hamoreh ha inspirado un cambio en Jerusalén, donde casi todos los niños con TEA estudian en entornos integrados. Tami Yona, presidenta de la rama de Jerusalén de la Asociación Nacional para Niños Autistas (ALUT), señaló que visitantes internacionales consideran este modelo “avant-garde” por su valentía al integrar a niños con discapacidades severas. La escuela planea construir un patio de juegos multisensorial al aire libre, diseñado para estimular el lenguaje y las habilidades motoras de los niños con TEA, mientras atrae a sus pares neurotípicos.
El modelo de Yad Hamoreh contrasta con otros programas inclusivos en Israel, como las escuelas bilingües de Hand in Hand, que integran a estudiantes judíos y árabes. Mientras que Hand in Hand opera seis escuelas con más de 2,000 alumnos, enfocándose en la coexistencia cultural, Yad Hamoreh se centra exclusivamente en la inclusión de niños con TEA. Ambas iniciativas, sin embargo, operan bajo el sistema público y reciben apoyo del Ministerio de Educación, complementado por donaciones y cuotas parentales.
La infraestructura de Yad Hamoreh ha recibido apoyo de organizaciones como la Jerusalem Foundation, que en 1984 financió la renovación de una cancha deportiva para baloncesto, fútbol y voleibol. Aunque la matrícula ha disminuido en años recientes, la escuela comparte sus instalaciones con el jardín de infantes Eddie Shore, optimizando recursos sin comprometer su misión inclusiva.
Contexto educativo inclusivo en Israel
En Israel, la educación inclusiva está regulada por la Ley de Derechos de los Alumnos de 2000, que prohíbe la discriminación por motivos sectarios y promueve la integración en las escuelas. Los niños con necesidades especiales pueden asistir a clases regulares, aulas de educación especial en escuelas convencionales o instituciones especializadas, según las necesidades de cada estudiante. Sin embargo, la implementación enfrenta retos debido a limitaciones presupuestarias, lo que obliga a los padres a investigar las capacidades de las escuelas antes de inscribir a sus hijos.
Organizaciones como ALUT, Aleh y Shekel complementan los esfuerzos del sistema educativo al ofrecer servicios para personas con discapacidades, incluyendo TEA. ALUT, por ejemplo, proporciona apoyo psicológico y programas para familias, mientras que Aleh atiende a 650 niños con discapacidades severas en centros especializados. Shekel, por su parte, promueve la integración comunitaria a través de servicios de vivienda, empleo y recreación en Jerusalén.
La investigación sobre TEA en Israel también respalda los esfuerzos educativos. El Centro de Autismo de la Universidad Hebrea y el Hadassah Medical Center, establecido en 2015, lidera estudios interdisciplinarios y ofrece formación a profesionales. Investigadores como Adi Aran, del Shaare Zedek Medical Center, exploran tratamientos innovadores, como el uso de cannabis medicinal para casos severos de TEA. Estos avances científicos refuerzan el ecosistema de apoyo para programas como el de Yad Hamoreh.
El modelo de Yad Hamoreh no solo beneficia a los estudiantes, sino que fortalece la cohesión social en Jerusalén. Al integrar a niños con TEA en un entorno inclusivo, la escuela demuestra que la educación puede ser un vehículo para la igualdad y el entendimiento mutuo, consolidando su posición como referente global en inclusión educativa.